Bien, muy bien el cierre de Gobierno de Hipólito Rodríguez en materia de obra pública, ha sido un mes de entrega de calles pavimentadas y reparación de cinta asfáltica en varios puntos de la ciudad; así como diversas obras de beneficio social como traga tormentas y tanques de almacenamiento de agua; es más, ya hasta está podando los parques, camellones y jardines; la dinámica de la administración saliente durante estos últimos días ha sido de diez; es plausible.

Pero uno se pregunta por qué, si este año contó con casi el mismo presupuesto que los tres anteriores no hizo anteriormente casi nada; es más, siendo más suspicaces preguntaríamos “a donde fue a parar el dinero que se está utilizando ahora en obras” ¿será que tan elevados fueron los subejercicios?

Siendo ya perversos pensaríamos que la repentina ansiedad por realizar obras por parte de Hipólito es para dejarle las arcas vacías a Ricardo Ahued Bardahuil, con la intención de complicarle lo más posible el inicio de su administración.
En el mejor de los casos, no sale bien parado Hipolento, porque la ciudad estuvo abandonada tres años, después fue media atendida ocho meses, y bien atendida los últimos tres meses ¡Caray! si sí podía lo hubiera hecho desde antes, porque ahora ya no levanta su imagen ni construyendo un rascacielos con sus propias manos.