El neopanismo que ahora se viste como el prócer de la ideología de partido y como un triunfador electoral nato, vivió un amasiato con el entonces Secretario de Gobernación de Peña Nieto, Osorio Chong; fue el Chino quien hizo a un lado a Javier Duarte, hablándole al oído a Peña Nieto para convencerlo de que, para librarse del juicio popular y legal, debería echar de chivos expiatorios a Gobernadores de su propio partido, estrategia que sí le funcionó.

También fue Chong quién convenció a Peña de que le apostara para la gubernatura de Veracruz al Yunes azul, descalificando de facto al Yunes rojo.

Ignoramos de qué manera tuvo que pagarle el favor al Chino durante el minigobierno “por debajo del agua”, pero estamos seguros que el empujón que le dio al minigobernador no fue de a gratis; lo que sí sabemos es de qué manera lo pagó en lo público, fue llevando a cabo un ataque frontal contra el entonces candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador; fueron los tiempos del “viejo guango” como lo llamó uno de los cachorros, del “no le saques loco” del mastín, y del “asquito” de Ana Mirian Ferraéz.

Por eso resulta histriónico que después del descarado contubernio que tuvo el Clan del Estero con el nefasto Chino, que decidía a la par de ellos el rumbo del blanquiazul veracruzano, ahora recurran a la estrategia de pintar al Chapito de Moreno, ya que sí acaso hubiera alguna alianza entre el Chapito y la 4T, que no se ve que sea así, de ninguna manera sería tan bochornosa como la que sostuvo Miguel con su tocayo. Así que sí los padrinos de Tito Delfín quieren descalificar a Joaquín Guzmán, les recomendamos que se inventen otra estrategia, porque con la que difunden de las “alianzas” por debajo del agua, están escupiendo para arriba. Es probable que les falle la memoria y no recuerden esos tiempos del verdadero PRIAN, por eso aquí se las refrescamos.