Es impactante el hallazgo que realizaron las comunidades indígenas de Canadá en terrenos de ex escuelas católicas que durante varias décadas pasadas obligaron a familiares de niños indígenas a internar a los menores de edad ahí, para recibir “educación” convencional y libre de influencias de su cultura.

 La noticia es impresionante y muestra un Canadá que muchos desconocíamos, lleno de racismo y crueldad, genocida y desalmado; a la vez que corrobora lo que ya sabemos del racismo de los ingleses que tanta sangre ha derramado por el mundo.

 ¿Pero qué tienen que ver estos hechos con Veracruz? Consideramos que debemos empalmarnos con la manera en que fueron descubiertos los cuerpos, fueron utilizandos “radares de penetración terrestre” (geo radares), instrumentos que bien podría utilizar la Fiscalía para la localización de las tumbas clandestinas que desgraciadamente, se afirma, que existen en diversos puntos el estado; porque actualmente las madres de los desaparecidos buscan los restos humanos escarbando casi casi con las uñas y en base solamente a su intuición.

 El precio en el mercado de uno de estos aparatos es de menos de 50 mil pesos; o sea que para los presupuestos oficiales comprar cien o menos aparatos de estos no representa nada, ni los descapitaliza ni los deja con las arcas vacías.

 Así que ojala se tome el ejemplo de la sociedad indígena canadiense y se aplique la tecnología que ya existe para llevar a cabo la dolorosa labor de localizar cuerpos humanos sepultados clandestinamente.

 La Fiscal Verónica Hernández Giadáns ha mostrado voluntad de ayudar a los familiares de los desaparecidos y de realizar bien su trabajo, ojala lo considere.

 Otra opción para adquirir el equipo (si esa nos falla) es juntar “una vaquita” para comprarlos; de hecho así lo hicieron los canadienses.