Y sucedió lo que tenía que suceder; la secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno Maldonado, confirmó que la obra en la Torre Centro del puerto de Veracruz fue suspendida por no contar con un dictamen de riesgo, que no es otra cosa que un papel que se entrega a PC antes de echar a andar cualquier trabajo de albañilería en una casa y que extrañamente no tenía ese enorme edificio.

Este jueves desde temprana hora, personal de la dependencia estatal acudió a la obra ubicada sobre la calle Arista, a una cuadra de la macroplaza del Malecón, cuya edificación es la más alta del Centro Histórico y le puso sellos de clausura.

Ya le habían echado la caballería encima; el delegado de Programas Sociales en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, aseguró que dicha obra violenta al menos 15 leyes (aunque no especificó cuáles) y que por esa situación debían llevarse a cabo las supervisiones correspondientes.

Y al final fue suspendida.

¿Qué va a pasar? Pues en lo que los dueños se ampararán y el gobierno estatal (mediante Protección Civil) contestará esos amparos, los trabajos se van a suspender meses o incluso años. Y por el efecto del aire yodado la obra se va a ennegrecer lo que le dará un aspecto tétrico que afeará aún más la vista del Centro Histórico.

De hecho a ver si no pasa lo que en Coatzacoalcos. A finales de los 80 y principios de los 90 del siglo anterior, el entonces poderoso sindicato petrolero comandado por Joaquín Hernández Galicia, alias La Quina, comenzó a levantar una serie de edificaciones en aquel puerto que iban desde hospitales, farmacias y tiendas departamentales hasta hoteles. Pero al ser aprehendido junto con la plana mayor del sindicato las obras se pararon, se abandonaron… y hasta la fecha.

La incuria y el desánimo las ha cubierto de maleza y escombros y no hay autoridad que ordene su demolición o que haga lo imposible; rehabilitarlas y convertirlas en fuentes de trabajo. ¿Irá a pasar lo mismo con la Torre Centro? Es pregunta.