Nadie que haya conocido a Nemi Dib durante toda su trayectoria política podría haber imaginado que en algún momento de su vida sería encarcelado, pero sucedió; el fondo de su encarcelamiento fue porque Miguel Ángel Yunes no encontró nada que quitarle; Juan Antonio se negó a darle el dinero robado, como dicen que sí lo hicieron personajes como Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo y Gabriel Deantes; Nemi se negó por una razón muy sencilla, “no se había robado nada.”
Su mayor pecado fue enterar al nefasto Osorio Chong del saqueo que estaba haciendo su ahijado.
Hoy, derechos Humanos da la razón al cordobés y extenderá las recomendaciones correspondientes; pero para lograr que sucediera, Nemi Dib tuvo que narrar el infierno por el que fue llevado. He aquí parte de la crónica:
“Fui detenido el sábado 23 de diciembre del año 2017, de manera violenta, arbitraria e ilegal en el municipio de Atlixco, Puebla. Iba con mi hijo sobre la carretera Atlixco–Puebla, a bordo de una camioneta […], cuando un vehículo nos chocó por atrás, de dicha unidad descendió un hombre armado que caminó hacia la puerta del conductor y puso su pistola en la boca de mi hijo, creyeron que yo iba manejando, pero era mi hijo. La detención la realizó sin identificarse un solo individuo que después supimos, era policía ministerial veracruzano. No había presente ninguna otra autoridad.”

“Me pidió que lo sostuviera en mis manos para tomarme una foto y cumplir con un requisito legal. Poco después esa foto infamante, mostrándome esposado y a bordo del vehículo de la Fiscalía de Veracruz, fue publicada en el blog de PI1. Esa misma noche, PI2, quien se ostenta como corresponsal de diversos medios de comunicación, publicó una "crónica" aberrante de mi supuesta aprehensión, incluyendo algunos datos que sólo la Fiscalía y la Policía Ministerial de Veracruz pudieron filtrarle, pero plagada de mentiras, falsedades y calumnias, por demás ofensivas y difamatorias, violatorias de mi privacidad y mi derecho a la presunción de inocencia. En la Fiscalía de Puebla, me tomaron fotografías mostrándome detenido con policías a mi lado custodiándome con armas de grueso calibre, como si yo fuera un criminal peligroso.”

“En Puebla me tuvieron más de tres horas, después me trasladaron a Xalapa, Veracruz. Aproximadamente a las 19:00 horas, llegamos a esta Ciudad Capital, me llevaron a las instalaciones de la policía ministerial en Las Trancas, donde me tuvieron parado más de dos horas, sin agua ni alimento, ahí me practicaron la primera revisión médica. Estando en dichas instalaciones, “[...]” me dijo que me anduviera con mucho cuidado porque el Fiscal General tenía órdenes de romperme la madre.”

“Me tomaron fotografías desnudo, esa situación fue muy humillante para mí. El doctor que me revisó, se percató de que estaba hipoglucémico dado que llevaba 30 horas sin comer, por lo que pidió que me dieran agua y una torta. Mientas estaba en la revisión médica vi pasar 6 hombres vestidos con un uniforme negro que decía “PGJ Policía Ministerial”, pero no les di importancia. Después de eso me pidieron que pusiera mis manos sobre la cabeza, que agachara la cabeza y que comenzara a caminar, yo creí que querían verificar alguna cuestión médica, mi marcha o mi postura, no obstante mientras estaba caminando alguien me tomó del cuello de la playera y me dijo “Cállate hijo de tu puta madre”, y me colocó la playera sobre la cabeza y el rostro y me aventó al piso, me dieron 6 patadas. Mientras los seis individuos uniformados de policías ministeriales me golpeaban dentro del penal y me mantenían en el suelo, varios de ellos deteniéndome de pies y manos, uno de ellos que parecía el jefe, con acento norteño, me preguntaba insistentemente por mis bienes, que cuánto dinero tenía, que cuántos coches tenía, que cuántas casas tenía, que cuánto dinero había robado con PI3, me amenazaron que si yo abría la boca y declaraba algo contra el señor gobernador, el fiscal o el hijo del gobernador, además de darme en la madre a mí, joderían a mi familia. Mientras me encontraba en el piso, en posición fetal tratando de repeler los golpes, alcé el rostro, alcance a percibir que los sujetos que me golpearon tenían dos teléfonos celulares desde los cuales estaban transmitiendo en vídeo la golpiza que me dieron. Después de la golpiza, sin motivo ni razón me metieron a una celda de castigo sin luz, llena de excremento y basura, sin agua corriente, ahí estuve día y medio. Cuando me sacaron de ahí, me tuvieron 36 días en aislamiento ilegal e injustificado, no podía salir a caminar, no podía hacer ejercicio, podía ver a mi abogado y a mi familia pero sólo esporádicamente y por tiempo limitado.”

“Tienes 5 minutos para firmar tu declaración en contra de PI3 y PI4 y si no firmas, ahorita mismo te pasamos a población general en donde tenemos amigos que en menos de 5 minutos te van a dar suelo”. Yo solo me reí, entonces el sujeto, quien ahora sé que se llama [...], Director de Operación de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz, me preguntó que de qué me reía, yo le dije que esa historia ya me la sabía… le dije que si me quería mandar a población general, que lo hiciera, que no se tenía que esperar ni 5 minutos, ni una semana, ni dos meses, que lo hiciera inmediatamente. Ante esta respuesta, [...] me dijo “sabemos dónde viven tus hijos y nos va a costar nada fingir que tuvieron un accidente”. Todo esto lo hicieron con la intención de que yo declarara en contra de PI3 y PI4 cosas que nunca pasaron ni existieron.”

Apunte: Mientras todo esto le sucedía a Nemi Dib y a otros duartistas “detenidos”, o más bien secuestrados por Téllez Marie, Jorge Winckler y Rogelio Franco; desde el Palacio de Enríquez el Capo de la pandilla señalaba a Javier Duarte y su gente de delincuentes, cuándo los que estaban delinquiendo eran ellos.

Sin politizar los lamentables hechos, la reflexión obligada es que ese grupo conocido como el Clan del Estero, sigue ambicionando el poder en Veracruz; si llegaran sucedería lo mismo, esta vez contra otros funcionarios pero persiguiendo los mismos fines, lo harían no durante dos años, sino durante seis.

Corresponde a “ya saben quién” frenarlos, hay tanta materia prima para hacerlo que hasta brota de las alcantarillas.