Partiendo de la premisa de que la ley es perfectible, sobre todo en las leyes secundarias que se desprenden de los preceptos constitucionales y que tienen que ver con los procedimientos y procesos delegados a otras instancias que siempre estarán sujetas a nuevas circunstancias y nuevas realidades, acompañamos la presentación de la iniciativa que reforma el Código Nacional de Procedimientos Penales en el Senado.

Asistimos con la legítima preocupación de que algunos juzgados han sido “la puerta giratoria” de los verdaderos responsables de la comisión de delitos. Hay una nueva circunstancia a considerar, que la sociedad víctima de los niveles delincuenciales denuncian abiertamente y que afloran en medio de un legado de corrupción e impunidad al que combatimos diariamente. Y es que quienes delinquen con descaro y cinismo ya le encontraron el “modo” al sistema de justicia para evadir las penalidades correspondientes. Esa es la verdad que nos obliga a abrir el debate en la parte que corresponde sin duda a las leyes.

Es una preocupación legítima y deseamos que esta presentación de la iniciativa en la instancia legislativa de la cámara alta llegue a un acuerdo de consenso enriquecido por sus opiniones y perfeccione el Código Nacional de Procedimientos Penales.