Redacción. - La Ciudad de México vive este sábado una movilización convocada originalmente por integrantes de la llamada generación “Z”, pero que en la práctica reunió a personas de todas las edades, desde adolescentes hasta adultos mayores. De acuerdo con los reportes de medios presentes en el trayecto, la marcha avanzó sin incidentes desde su punto de salida hasta el Zócalo capitalino, manteniendo un ambiente pacífico, con consignas centradas en temas de participación ciudadana, transparencia gubernamental y libertad de expresión.

Fue únicamente al llegar a la plancha del Zócalo donde se registraron momentos de tensión. Un pequeño grupo de jóvenes vestidos de negro y con el rostro cubierto se aproximó a las placas metálicas instaladas como muro de contención alrededor de Palacio Nacional. Entre gritos de asistentes que los increpaban recordándoles que se trataba de una marcha pacífica, los jóvenes intentaron escalar las barreras. Alcanzaron a trepar el cerco, pero no lo cruzaron. Según se observó en transmisiones en vivo, al percatarse de la presencia de las fuerzas del orden detrás de la estructura —los encapuchados— optaron por retroceder; ante el choque momentáneo con el cerco de seguridad _a tras muro_ de los elementos policiacos que respondieron rociando gas para dispersar al pequeño grupo, acción que provocó gritos y algunos empujones, pero no derivó en enfrentamientos mayores ni daños a inmuebles, según los primeros reportes.
Sin embargo, tras unos segundos de alejamiento regresaron para patear y golpear las placas metálicas con mazos y tubos.

Mientras tanto, la mayoría de los asistentes —identificados por su actitud pacífica y en su mayoría sin cubrir el rostro— se mantuvo a distancia esperando que cesaran las hostilidades para continuar con el objetivo central del acto: emitir un posicionamiento político en voz de jóvenes representantes del movimiento. De acuerdo con organizadores, el discurso incluiría demandas relacionadas con participación juvenil en la toma de decisiones públicas, mejores condiciones educativas y laborales, así como un llamado a frenar la criminalización de la protesta.

Hasta el cierre de esta nota, las autoridades de la CDMX no habían reportado detenidos ni daños significativos, y los contingentes permanecían en la plancha del Zócalo a la espera de que el ambiente se normalizara para continuar con las actividades programadas.