Redacción.– ¿Vive usted en Xalapa? Pues vaya tomando precauciones: póngale tres candados a la puerta, tape las ventanas con rejas, rodee su casa de alambre de púas y, de paso, duerma abrazando su cartera. Porque si alguien fue capaz de robarse el manubrio de la bicicleta de las letras monumentales de “virtudes” en el parque Juárez (bastante feítas, por cierto), créame, mañana se pueden llevar lo que se les antoje.

Y no es el primer atraco de este tipo: ya se habían llevado la placa-homenaje a Alberto Rosas de Tlen Huicani en la Alameda de las Ánimas, desaparecieron casi todas las plaquitas de los “pedestales pedagógicos” que instaló Hipolento para enseñarnos cómo se llaman los arbolitos… pero esto ya raya en lo absurdo. El manubrio, nada menos, se lo robaron al mismísimo alcalde Avatar, justo enfrente de sus narices.

Las letras monumentales están frente al Palacio Municipal, donde en teoría hay vigilancia policiaca las 24 horas. Pero, claro, una cosa es “ir a trabajar” y otra muy distinta “hacer su trabajo”. Ni los vigilantes ni el propio Islas parecen haberse dado cuenta del hurto. Y si no fuera por el desastre que dejó Hipólito Rodríguez, Islas ya tendría el trofeo al peor presidente municipal que ha tenido la Atenas veracruzana. Por suerte para él, se conforma con un “honroso” segundo lugar.

Más que un simple robo de bajo perfil, el manubrio desaparecido es una bofetada a la autoridad municipal. Una autoridad que gasta millones con nuestros impuestos en sostener a toda una corporación policiaca, la cual, viendo los niveles de robos a casas, comercios y ciudadanos, parece servir solamente para dos cosas: “para nada y para una ch…a”.