Redacción Revista el Tlacuilo.- El Secretario de Turismo, Fabricio Mena Rodríguez, quiso homenajear la Independencia mandando a diseñar e imprimir lonas monumentales; pero terminó regalando a México un desfile de errores de rezago educativo; terminando haciendo un monumental ridículo y llevándose entre los pies al gobierno que representa.

El funcionario decidió que la mejor manera de honrar a los héroes de la patria era convertirlos en estrellas de Hollywood. Las lonas monumentales de don Mena, que, en teoría, debían enaltecer nuestra identidad; en la práctica, terminaron siendo un catálogo de disparates de inteligencia artificial mal revisados.

Los héroes aparecieron con mandíbula perfecta, músculos de gimnasio y ropa recién salida de la tintorería. Al parecer, Mena olvidó un detalle mínimo: nuestros héroes eran mexicanos, no modelos europeos de catálogo. Como si fuera poco, Allende —o lo que pretendía ser Allende— apareció con seis dedos en la mano, un súperpoder que ni Marvel se había atrevido a imaginar.

El águila sobre el nopal, símbolo de la mexicanidad, fue sustituida por un águila calva… de Estados Unidos. Eso sí, en otro mural colocaron un águila más apegada a la realidad, pero le faltó un “pequeño” detalle: la cabeza, quedando en versión decapitada. Todo muy patriótico, claro.

La vergüenza se suma a la ya legendaria del 2023, cuando Tlaxcala conmemoró el natalicio de Francisco I. Madero, pero ilustrándolo con la cara de Francisco Villa ¡Total, son tocayos!
Pero esta vez, la administración decidió subir la apuesta y dejarle al país un recordatorio gráfico de que el ridículo, cuando se hace monumental, no se olvida.