A pesar de que la Comisión de Vigilancia del Congreso de Veracruz está presidida por un diputado de Morena, partido afín al Gobierno en turno, no le ha temblado la mano para señalar y corregir irregularidades tanto en municipios como dependencias y organismos autónomos, sean o no de la ola guinda.

El apunte de “a pesar” es porque en anteriores Legislaturas tal Comisión en ocasiones ha sido presidida por diputados opositores al Gobierno en turno, es el caso del panista Chiquiyunes durante la administración de Fidel Herrera, estando Rene Mariani como titular del Orfis; sin embargo el hecho de que el actual diputado presidente Rafael Gustavo Fararoni Magaña sea de Morena no ha impedido un correcto caminar de tan importante área del Congreso, en congruencia con el discurso de ese movimiento de combatir la corrupción.

Pero desde luego que el hecho de que la Comisión de Vigilancia sí vigile no es mérito exclusivo de su presidente, tiene mucho que ver que el presidente de la Jucopo, Juan Javier Gómez Cazarín les de voz públicamente y denuncie ante los medios las irregularidades detectadas desde el Congreso; también es factor coyuntural que dentro de tal Comisión estén integrados diputados críticos y de colmillo político retorcido que validan la seriedad del trabajo realizado.

Ahí está la voz crítica de Marlon Ramírez, presidente del PRI Veracruz; de Bingen Rementería que como es obvio impulsa el proyecto del papá, de Othón Gonzales, panista recalcitrante que si bien sabe flotar en la corriente política no es de mano blanda; desde luego Ramón Díaz, que si bien es un turista político en Veracruz tampoco concede terreno ante las anomalías, a pesar de ser del PT partido considerado afín a Morena. En fin, los veracruzanos tenemos una Comisión Congruente, que funciona y que varias ocasiones ha pisado callos de todos los colores; que así siga porque hay mucho, pero mucho que corregir, principalmente en los organismos autónomos que durante muchos años no han sido fiscalizados.