LAS MUJERES CARICATURISTAS EN MÉXICO
Xalapa. Ver: Cintia Bolio / El Tlacuilo
Una investigación de Claudia Pérez Atamoros

El Tlacuilo
Xalapa. Ver / 2022-08-23

Apunte Tlacuilo: La periodista Claudia Pérez Atamoros, volteó a observar el devenir de la caricatura de nuestro país, observó una de sus áreas más interesantes y menos exploradas: “las mujeres caricaturistas”; quienes en un universo que la sociedad identifica como un campo para los hombres, ellas se han abierto paso a través de su talento y creatividad; la caricatura no es distinta a otros tópicos en que a la mujer le cuesta un doble esfuerzo para avanzar.

Pérez Atamoros lo aborda de manera magistral echando mano de la base del periodismo “la investigación”.

Quienes nos dedicamos al arte de la caricatura y hemos destinado parte de nuestra vida al trabajo gremial agradecemos esta mirada de la periodista, quién en las primeras dos entregas de material nos da un panorama general de la histórica participación femenina en este mundo de la tinta y el papel, y avanza presentando semblanzas de varias de las principales caricaturistas de nuestro país; logrando un documento de consulta obligatoria para el gremio. Y para la sociedad interesada en el tema; es Imposible no presentarlo a nuestros lectores, que lo disfruten:

ENTREGA 1.- A las moneras se les sumaron un montón de monas más…

Para las mujeres caricaturistas nunca hay suficiente dinero para pagarles y, por obvias razones, buscan otros horizontes dentro del arte.

“El pueblo cuando se le defrauda, cuando se hace de la democracia un mito, utiliza su más sutil arma: la risa… La sátira siempre se traduce en frases… caricaturas…”

Los presidentes dan risa. Magdalena Mondragón, 1948.

Por Claudia Pérez Atamoros

Todo comenzó en una comida.

¿Existen muchas cartonistas políticas mujeres en México?, pregunté a eLe caricaturista editorial en Opinión 51.

No, fue la respuesta que obtuve.

¡Y qué cosa me dijo! El resultado es esta investigación periodística que da coherencia y validez a las respuestas que encontré.

¿Las encontré? Ustedes dirán.

Especial mención merece la tesis Mujeres caricaturistas del siglo XX en México realizada por Rosa Martínez Guzmán que, para obtener el grado de licenciatura en Ciencias de la Comunicación presentó en 1999 (cuya investigación comenzó dos años antes) y en donde logró encontrar a once caricaturistas femeninas. Un trabajo supervisado por la talentosa maestra y periodista Elvira Hernández Carballido y que, sin duda, marcó un hito en el entorno de investigación sobre la caricatura femenina en México por su pulcritud y muy bien lograda documentación. De hecho, tras todo lo olfateado para este reportaje puedo asegurar que de ésta se han derivado una gran pero gran cantidad de publicaciones que, por cierto, han obviado darle el crédito correspondiente. Ella menciona a Emma Best, Isabel Villaseñor, Palmira Garza, Alicia, Ana Luisa Barreto Sánchez, Guadalupe Rosas Zambrano, (Landy) Patricia Aguilar Palafox, Cecilia Pego Márquez, Cintia Bolio Márquez, Jazmín Velasco Reynaga (Jotavé), Cristina Martínez del Campo.

Para 2007, el investigador Agustín Sánchez González tenía publicados 3 de sus libros: Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana (1997, incluye 7 mujeres; Alicia, Emma Best, Guadalupe Rosas, Jotavé, Landy, Palmira Garza y Pego) Las moneras llegaron ya (2003, incluye la ficha de cinco de su trabajo anterior: Bolio, Rosas, Jotavé, Palmira y Pego y menciona a Alicia y Landy y suma a Nahui Olin, Luzbel, Erika Martínez, Bibi Ayala, Cristina, Alma Ontiveros y Jesusa Rodríguez) y 7 Moneras (2007, incluye a las de sus trabajos anteriores e incorpora solo a una nueva: Gallut). De tal forma que en sus tres trabajos documenta a 16 moneras. La lista de Sánchez no incluye ni a Isabel Villaseñor ni a Ana Luisa Barreto recabadas por Martínez Guzmán.

En otra tanda de documentos Felipe Gómez de la Carnegie Mellon University en Estados Unidos, titulado Cómics “femeninos” y feministas en el México del siglo XX: de la representación a la auto designación, aporta otros nombres: Araceli Sollano, Ma Monera, Aideé Utrera y Carmen Os. Por otra parte, Francisco Javier Portillo (Alan), en 2002 publicó La caricatura periodística y mencionó a Teresa Dietz, Anaconda, Mar y Gab. Haciendo un total de 26. Al parecer, estas 26 mujeres conformaban para los investigadores en la materia, el mundo femenino de las moneras, aunque no logro entender por qué si algunos nombres son extraídos de libros insignes de la historia de la caricatura en México, los especialistas omitieron la inclusión de algunas que yo, más adelante en este texto, si lo haré dado que cumplen con las características necesarias para ello pero, sobre todo, porque están consignadas en esos libros (La caricatura en México de Rafael Carrasco Puente e Historia de la caricatura en México de Guadalupe Zuno) y en otros documentos serios que así las validan como en los producidos por el del afamado Rius.

Moneras por aquello de que hacen monos. Dibujantes porque como sostiene Quezada les define de mejor manera; caricaturistas dado que ellas hacen sátira a través de los trazos; cartonistas, es quizá el término menos acertado por aquello que proviene del inglés cartoon pero que, sin embargo, es ampliamente utilizado. ¿Historietistas? ¡Pues también! dado que hacen monos a través de trazos con un sentido satírico de opinión social, cultural, político…

En el mundo de los moneros, en el internet, en varias tesis, documentos e inclusive libros, la pregunta persistente es la misma ¿por qué hay tan pocas moneras en México?

A decir de muchos es una ausencia (¿escasez?) a nivel mundial y cuya poca presencia se alude con respuestas francamente machistas… A través de todo el trabajo de campo y hartos clavados en un mar de papeles, en este reportaje se concluye que es una mezcla entre machismo y emolumentos. Sí, para las mujeres caricaturistas nunca hay suficiente dinero para pagarles y, por obvias razones, buscan otros horizontes dentro del arte que les redunden beneficios económicos y que les permitan vivir: la ilustración, la pintura, el grabado, los tatuajes, las caricaturas comerciales, la publicidad, la escritura, el periodismo, etc.

Son pocas, parecen pocas y las pocas que aparecen, aparecen poco y poco rastro dejan y cuando lo dejan, sus huellas son tan endebles que no conducen a ninguna certeza.

¿Son pocas?

Tras este reportaje –al final– serán, al menos, más de las que eran. Aunque ciertamente no todas cartonistas políticas, pero sí de opinión.

El conteo actual va en varias docenas, pero siguen siendo pocas y para la visión masculina “una golondrina no hace verano”, “son estrellas fugaces”, o como Sánchez González me dijo “el criterio es que, si nunca han estado en un periódico nacional, eh, no creo que sean caricaturistas… si no han hecho trabajo en medios nacionales o tienen una presencia importante pues no las considero porque no todo el que ha hecho una caricatura puede ser caricaturista”.

Mi trabajo consiste en nombrarlas, echar al ruedo sus nombres y que los expertos capoteen sus talentos. Y den, ellos, la estocada final. Para mí la faena ha sido inolvidable.

¡Zas!

ENTREGA 2.- Y tú, ¿quién eres? II

Hay muchas artistas que incursionaron haciendo caricatura de personajes que en sí mismas son y no, de opinión.

Por Claudia Pérez Atamoros

Dar con la definición de la caricatura es descubrir su esencia,

… huidiza y a veces multiforme.

…La palabra caricatura se utiliza para designar con sus pocas letras una multitud de producciones pictóricas…

Eduardo Lizalde

Introducción a La Caricatura en México de Carrasco Puente.

Fue la primera pregunta que me hicieron todos con quienes platiqué para lograr estos textos sobre la existencia de las cartonistas políticas en nuestro país y que terminó siendo una investigación periodística que aporta nombres, fechas y datos desconocidos, o al menos no consignados en un solo documento sobre las caricaturistas, moneras, dibujantes, e historietistas de opinión y no solo de cartón político a lo largo del siglo XX y lo que va del presente.

En esta investigación llevo metida meses­ y empleadas más de 600 horas entre entrevistas a caricaturistas, investigadores, y cuentistas de ocasión; y lectura de un montón de páginas, libros, y documentos. Por momentos, me he sentido como los conservacionistas: tratando de rescatar y preservar a toda una colonia de moneras.

Además, los seres vivos entrevistados, marcaron territorio como muchos grupos suelen hacerlo. El mensaje intrínseco fue “este es nuestro mundo”.

Cuando las especies son raras (en este caso los datos escasos), tímidas y huidizas (llegaron, dibujaron y desaparecieron), de difícil o imposible acceso (porque ya murieron, el ego impone, ignoraron mis correos o sencillamente no le dan importancia a su paso por la caricatura), una se ve obligada a aprender a distancia, a hurgar en papeles esparcidos por doquier, sin relación directa pero con contenido indispensable, a recurrir al de boca en boca procurando no perderse entre tantos egos, vericuetos y “copy-paste” que, irremediablemente, me llevaron a dudar si valía la pena y si, en todo caso, se arribaría a buen puerto.

¿Por qué?

Porque hay muchas artistas que incursionaron haciendo caricatura de personajes que en sí mismas son y no, de opinión, otras ilustraron reportajes y esos trazos llevaban implícita una opinión; unas dibujaron tiras con y sin textos, pero con opinión;…algunas, hicieron monitos con intención, crearon historietas, tiras, etc., de opinión, pero no necesariamente hicieron cartón político ni publicaron en los grandes diarios sus trabajos. Y otras, rozan los límites entre la caricatura y los “cómics”, la ilustración…

Considerado como género periodístico de opinión iconográfica la caricatura es un cuadro, o varios, que pueden o no contener texto, pero cuyos trazos retratan los acontecimientos de la vida nacional e informan de manera rápida y clara e inducen a la reflexión.

Comenzar por el principio y ¿cuándo no hay principio?

¿O cuando este es difuso y confuso?

En este trabajo periodístico llegué a pocas (¿o muchas?) conclusiones y otro tanto de interrogantes. Ha sido un sube y baja. Una montaña rusa.

La primera deducción es que junto a Emma Best existen otras caricaturistas que publicaron a la par (o antes) y de las que existen incluso más constancias iconográficas. Según la evidencia recolectada (55 caricaturas) por Tomás Zurián, María del Carmen Ysabel Mondragón Valseca (quien posteriormente será bautizada como Nahui Olin por el Dr. Atl) realizó caricaturas de personajes en el extranjero primero (España), a partir de 1916 y luego en México. Por ahí están también registros de caricaturas de Emilia Ortiz y Aurora Reyes. No pocos datos apuntan a ello.

Al parecer de la Best solo se conserva una caricatura de Agustín Lara, fechada en 1940, pese a que Carrasco Puente la citó como “la mujer mexicana de quien se conoce mayor número de trabajos de caricatura”. En 1916 recibió un reconocimiento por parte de Carranza. En 1500 mujeres en nuestra conciencia colectiva se menciona que fue de las pocas que hizo caricatura periodística en la época, Fue esposa del reconocido artista y arquitecto Jorge Enciso Alatorre (1881) con quien se casó el 7 de julio de 1926, a la edad de 31 años. Su hermano fue el artista Adolfo Best Maugard. Recientemente apareció un tercer libro con dibujos y poemas de ella titulado Semejanzas (1938). Nació en 1885 y solo se sabe que hasta 1968 aún estaba viva pues asistió al funeral de su esposo. Se ignora la fecha de su muerte.

La segunda es que Palmira Garza no fue la única mujer que pasó por el estudio de Gabriel Vargas. Noemí Mijares es el nombre de esta otra monera que, también, fue cobijada por Vargas. Eso sí, Palmira es “la caricaturista más mitificada”, rodeada de un halo de misterio que engatusa a propios y extraños; ello sin restarle un solo mérito a su trazo. Por ahí anda en internet una fotografía de una mujer de la tercera edad, con gorrito, que identifican con el nombre de Palmira Garza. No es ella. Lo confirmé con la hija de la señora de la foto. Palmira, al parecer murió en Cuernavaca en 2016. Para este reportaje traté de contactar a Palmira Julia Garza, sobrina y a Alma Rosa Garza, la hermana que también radica en Cuernavaca. No tuve suerte.

A Palmira la menciona la investigadora y periodista Carmen Galindo en su texto “Gustavo Sainz: El vicio de mentir”, publicado en la revista Siempre en 2015, “Entre sus amigas…Palmira Garza, la hermana de Chacho, y quien ahora se considera la precursora entre las mujeres en ilustrar cómics”.

Y es que el paso de la Garza fue más bien como ilustradora de textos de los inolvidables libros sesenteros de la SEP, inauguró con su talento gráfico la segunda época de la revista Plural e hizo solo dos publicaciones en la revista Fem (ella en una entrevista en 2003 aseguró que por haber publicado en Fem fue tachada de feminista y eso perjudicó su trabajo)...

Realizó poquísimo cartón político (en Sucesos a instancias de Rius) pero muchos dibujos e historietas de gran calada.

Produjo, junto con Gustavo Sainz, y ella escribió el argumento de una fotonovela (inédita) -1972- en la cual actuó Carlos Monsiváis, Julia Marechal y su hermana Alma Rosa Garza, con fotografía de Aníbal Angulo; en 1975 escribió el espectáculo Quién atiende aquí y Adela Fernández lo dirigió. Lo estelarizó el Grupo Las Hipócritas. Fue argumentista, por lo menos de los primeros 5 números, de las historietas de Manolín y Shilinsky (1960).

Al dejar la caricatura (antes de abandonarla, incluía en sus propios textos sus dibujos) se dedicó a escribir artículos y a la publicidad. De ella la inolvidable periodista Margarita Michelena comentó en alguna ocasión (1987, Revista Contenido) que “es una de las mujeres más agudas que conozco, con un estilo personalísimo, lástima que no pudiera ayudarla más”. Palmira desapareció a finales de los 80 y solo volvió a aparecer con motivo de la presentación del libro Las moneras llegaron ya.

La tercera, las subsecuentes no las enumeraré, es que Cintia Bolio ostenta el récord de permanencia y persistencia en el ambiente (26 años), aunque cartón político solo lo haya realizado por dos años y después se haya dedicado a las historietas con contenido social, de tinte feminista, que publicó primero en Milenio Diario y que hoy lo hace en El Chamuco, titulada “Puras Evas”, y que han tenido gran éxito. Sin duda, si se habla de moneras en México a nivel internacional y local, su nombre es inevitable e indispensable.

En este sentido, el paso de Bolio por la caricatura política es parecido al de tantas más. Sin espacios y sin dinero que ofrecerles. A este respecto la propia Cintia me comentó que ello más que a una decisión propia se ha debido siempre a la voluntad de otros. Dice que siempre encuentran pretextos para “cortarlas” del cartón editorial como por ejemplo el último que usaron con ella: “dice el contador que ya no hay dinero para pagarte”. Ella está activa desde 1996 y hoy es una de las integrantes de El Chamuco tv. Por cierto, y a modo anecdótico, en la emisión del 18 de abril del 2016, en la que se está hablando de las moneras mexicanas ella dice “soy la mejor” y el monero Hernández la interrumpe “es que eres la única”.

Y sí, es la única que ha resistido y permanecido. Es testigo del ir y venir de los trazos de unas y otras.

(Publicado en OPINIÓN 51)

Apunte Tlacuilo: Esperamos la tercera entrega de este valioso material acusando el “síndrome de Los Panchos”: “Ansiedad, angustia y desesperación”: Gracias nuevamente Claudia Pérez.