Una buena imagen de marca no se consigue de la noche a la mañana, posicionarla en el mercado tarda años, pero su desplome puede ocurrir en cuestión de minutos o segundos, 20 segundos para ser exactos. Resulta que el lunes anterior en una conferencia de prensa, el astro de futbol Cristiano Ronaldo, quitó de la mesa un par de botellas del refresco Coca-Cola, uno de los patrocinadores de la Eurocopa de futbol, tomó una botella de agua y dijo: “Agua, no Coca-Cola”. Todo duró 20 segundos y eso bastó para que las acciones de la compañía refresquera se desplomaran y perdió en esos escasos segundos 4 mil millones de dólares, algo así como 88 mil millones de pesos.

Otro caso parecido sucedió ayer miércoles. Tras darse a conocer que el tramo de la Línea 12 del Metro colapsó por varias fallas en su estructura, el grupo constructor Carso del multimillonario Carlos Slim (uno de los encargados de la obra), vio desplomarse sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores y perdió más de 3 mil millones de pesos. También en unos segundos.

Comparado con lo que perdió la Coca-Cola, a don Carlos no le hicieron ni cosquillas esos 3 mil millones esfumados en un suspiro, pero ambos casos son una muestra palpable de que las enormes fortunas penden de un hilo e incluso de imprevistos.

La Coca-Cola no demandará al futbolista porque no cometió ningún delito, pero la UEFA tendrá que rogarle casi de rodillas para que acepte volver a ser su patrocinador en la próxima Eurocopa.

En el caso de Carlos Slim deberá probar que el grupo Carso fue ajeno al desplome de la Línea 12, porque de lo contrario nadie querrá contratar a su constructora que realiza obras multimillonarias en varias partes del mundo. En México está a cargo de la construcción del Tren Maya.

Y a propósito del trenazo. De acuerdo con el peritaje la desgracia del pasado 3 de mayo se debió a que hubo piezas mal soldadas, por lo que es casi seguro que un humilde soldador sea el que pague por los 26 muertos y los heridos que hubo en la tragedia. No olvide usted que el hilo siempre se rompe por lo más delgado.