Pues como dice el refrán… “QUIEREN CHIFLAR Y COMER PINOLE”
Xalapa. Ver: Plaga /
De por sí ya eran criticable los políticos chapulines; que apasionadamente nos piden el voto para un cargo, pero que antes concluirlo se arriesgan a una nueva aventura electoral, la mayoría de ello aprovechándose de la ingenuidad y de la falta de memoria


Xalapa. Ver / 2021-05-13

De por sí ya eran criticable los políticos chapulines; que apasionadamente nos piden el voto para un cargo, pero que antes concluirlo se arriesgan a una nueva aventura electoral, la mayoría de ello aprovechándose de la ingenuidad y de la falta de memoria a largo plazo de los electores; porque regresan a prometer lo que no cumplieron desde el cargo para el que fueron electos la campaña pasada.

Pero ahora, ya hay una nueva modalidad de chapulines que escandaliza aún más; ahí les va el modus operandi: Resulta que ya ninguno de ellos renuncia, solamente piden una licencia temporal; se amarran el dedo para que si pierden puedan regresar a cobrar sus últimas quincenas; y si ganan… pues también.

Eso sí, sus suplentes tienen la obligación de cuidarles el changarro hasta que regresen para recuperarse de los gastos de su campaña, con cargo a las arcas legislativas o municipales.

Ese tipo de mañoserías deberían de ser frenadas por los Oples o los Ines (Obvio los Congresos no lo harían porque no les conviene a los diputados y Senadores); pero si abandonan el cargo que se vayan sin posibilidad a regresar, que se vayan a lo macho.

Además que tampoco puedan buscar el voto directo y a la vez ser plurinominales, porque si siguen como vamos, seguirán desgastando la vida pública de nuestro país y de nuestro estado ¡Ya pónganles freno de mano aunque sea!
Porque los señores, señoras y señoritas con cargos públicos abandonan funciones con singular alegría dos o tres meses, les vale una pura o dos con sal impulsar iniciativas o programas; porque tienen listas las maletas con antelación; las de ida y las de regreso, porque vuelven para continuar con su labor de, por las mañanas hacer nada y por la tarde descansar de lo que hicieron en la mañana.

El que tiene tienda que la atienda; pero desafortunadamente nuestros representantes tratan el cargo público como si estuvieran atendiendo un changarro, que pueden dejárselo al compadre encargado en lo que se van a echar unas caguamas aunque se enoje Anaya.
Insistimos.

Quién ya bailó que se siente, que renuncie y no solamente pida licencia, porque para jugar está el parque y para dignificar el cargo público está el oficio político.