Una vez más las feministas que se manifestaron en favor de la legalización del aborto cometieron un acto de discriminación al solicitar a los medios de comunicación que solamente enviaran a cubrir la marcha a reporteras y fotógrafas.

Las señoritas manifestantes no quieren ver hombres ni en pintura, ni siquiera trabajando cerca de ellas; con esas actitudes ya serían innecesarias sus marchas, porque sin hombres no hay embarazo y sin embrazo no existe la necesidad del aborto.

En todo caso lo que deberían solicitar es una isla para habitar y fundar una nueva comunidad de amazonas.
Nos salieron más extremistas que los machos más recalcitrantes; ya el colmo de la intolerancia fue cuando durante la marcha pidieron que también las mujeres periodistas se retiraran.
Es reprochable la actitud, pero comprensible ante una sociedad que no protege a las mujeres.

SE DESPERTÓ LA POLI´
En esta ocasión las fuerzas policiacas acompañaron la marcha de las mujeres en Xalapa; el antecedente de vandalismo que dejó la anterior manifestación lo ameritaba; desde luego que la presencia policiaca generó tensión e inconformidad entre las manifestantes que en varias ocasiones confrontaron a las fuerzas del orden.
En este caso Seguridad Publica sí les hizo caso en eso de segregar a los hombres y fue un destacamento de cien mujeres policías el encargado de impedir el vandalismo, lo que agradecieron los empresarios del primer cuadro de la ciudad, que la vez pasada se “quedaron con su golpe”.

El momento de mayor tensión fue cuando las manifestantes se atrincheraron en “el viaducto”, realizaron quemas, pintas y entonaron canticos, después avanzaron; pero los daños a edificios y comercios fueron mínimos; lo que más pintarrajearon fueron las paredes del viaducto; lo bueno es que ya no está la “frabulosa” obra de arte del Elizabethiato, que si no.

Apunte que si no lo hacemos nos saldría un granito en la lengua, ojala que así de eficientes fueran los policías para contener a los malandros.

Imagen/Diario de Xalapa