Hace poco tiempo falleció un maestro de la plástica, Teodoro Cano; desafortunadamente se fue sin el reconocimiento merecido de quienes representan al pueblo veracruzano; a veces los compromisos políticos no dan espacio para honrar a quienes tenemos un compromiso de vida, que en diversas áreas han enriquecido el alma de nuestra sociedad.

El preámbulo sirve para citar a otro destacado maestro, que como político ha sido congruente y como humanista ha mostrado que con humildad se puede lograr mucho, Marcelo Ramírez Ramírez.

De carácter discreto, el maestro Marcelo rehúye los homenajes y reconocimientos, lo que no exime a nuestras autoridades de que se los otorguen.
No es aventurado afirmar que es merecedor de alguna de las honrosas medallas otorgadas por el Gobierno estatal y el Congreso; o de un Honoris Causa por parte de la Universidad Veracruzana.

Su filosofía de vida la ha basado en el hecho de que la política, es la búsqueda del bien común, que la lectura da solidez al espíritu y nos enrique haciéndonos mejores seres humanos, y que la familia es el mejor soporte y estímulo para enfrentar las situaciones difíciles.

MÉRITOS DE SOBRA
El maestro Marcelo Ramírez Ramírez fue subdelegado de la SEP, en el período 1978-1980, diputado local y federal, catedrático de la escuela normal veracruzana, de la normal superior de México, de la Universidad Pedagógica Veracruzana y de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana. Su defensa a las causas indígenas no ha tenido pausa.

Cuenta con un destacado acervo cómo escritor, en donde ha dejado plasmada su idea de la vida pública como herramienta para servir, situando al pragmatismo como uno de los obstáculos para su evolución. Selecciona y ensaya las diversas concepciones antropológicas sobre el hombre mismo.

Sin duda quién tome la bandera de rendirle el homenaje que merece a Marcelo Ramírez, desde el Congreso local o federal; o desde alguna de las entidades educativas, hará justicia a su destacada trayectoria y seguramente elevará la vara con que han sido medidos en algunas ocasiones ciertos homenajeados.

Importante será por lo pronto reconocerlo difundiendo su obra ¡En vida hermano, en vida!

(Foto/elmundo.com)