¡Ya se supo! Que el diputado Chabelote cuando cometió el delito de robarse un cadáver (acción que lo tiene al borde del desafuero y de la cárcel) tuvo de asesora en la línea telefónica ni más ni menos que a la presidenta espuria de su bancada; ella lo incitó a cometer el hecho asegurándole que no era delito ¡Y sopas! Que el muy *tontejo (palabra compuesta de tonante y perplejo) se enlodó hasta el cuello obedeciéndola.

Ya cuando le explicaron a Marychoques la magnitud del delito se ruborizó y anda muy apenada con el indiciado, cuestión que de nada le sirve pues está más embarcado que DiCaprio en el Titanic.

Una recomendación al director del reclusorio de Pacho: que vaya reforzando el camastro de la crujía “J”, o de plano haga una cama de piedra, porque el Chabelote creció como la verdolaga y está muy rechonchito, no le vaya a romper el catre cuando lo ingrese.

MÁS VALE PREVENIR, EN PACHO

Desde afuera de la vida interna del Congreso de Veracruz, aparentemente el desafuero del diputado Eric Aguilar estaba atorado; pero en las entrañas del Palacio de Encanto se estaba cabildeando.

Y si ahora ya fue citado y se empezó a mover el tema de su desafuero es porque ya está apalabrado; había que convencer a un sector de diputados que aún estaban indecisos de su voto.

¿Por qué un legislador podría dudar en desaforar a alguien que cometió un delito que no alcanza fianza? Es sencillo, porque ninguno quisiera que, si se trata de un tema solamente político, luego se las apliquen a ellos; pero después de evaluar la infracción cometido por el diputado Chabelote, llegaron a la conclusión que no pueden encubrir la falta por su magnitud, y que efectivamente el diputado violentó las leyes y debe ser juzgado: “es buen chavo, pero la regó”; expresan algunos legisladores.

TERNURITA

Todo parece indicar que el único que no sabe que tiene la soga al cuello es el propio Eric Aguilar; que de manera romántica ha declarado que espera que “su desafuero” no proceda, pues “no ha hecho nada malo”, caray, su ingenuidad enternece.

Eso sí, por si las moscas ya tramitó su amparo en contra de la determinación del Congreso.
El Chabelote aún confía en que sus amiguitos lo respaldarán, pero quizás se lleve una sorpresa, pues quienes lo defiendan tendrán que cargar con el estigma de haber solapado un delito grave.