Si pasa usted por las oficinas de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) de Xalapa y siente un tufillo a caño, tranquilo. El tufillo no se debe a ninguna coladera destapada, sino que proviene de la misma CMAS que es una auténtica cloaca.

El alcalde Hipólito Rodríguez dijo que al interior de esa Comisión opera una red de corrupción que nomás no se han podido erradicar, y lamentó que desde 2018 no avancen las denuncias que la comuna a su cargo interpuso por desvíos de recursos y otras anomalías que superan los 100 millones de pesos.

El munícipe agregó que hay trabajadores que se dedican a hacer conexiones ilegales en el servicio de agua potable y si son detectados son despedidos. ¿Despedidos? ¿No son denunciados ante las autoridades? Al parecer no.

Una persona cercana a esa dependencia comentó a El Tlacuilo que el trabajador “despedido” se va un rato a la banca para ser recontratado posteriormente. Con lo que se ha creado un círculo vicioso porque por aquí los mandan a su casa, pero por acá los vuelven a contratar.

Este es uno de los vicios que recibirá Ricardo Ahued de herencia. Él ya fue alcalde de Xalapa en el trienio 2005 a 2007 cuando este problema no existía. O al menos no tan organizado como ahora.

O se faja bien los pantalones don Ricardo o ese será uno de sus más grandes dolores de cabeza.