Ser magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz y sacarse la lotería sin comprar billete son la misma cosa. Si en tiempos pretéritos se necesitaba la licenciatura en derecho, un par de maestrías, dos o tres posgrados y un doctorado para lograr una magistratura, hoy basta un título adquirido en la “Universidad” de Santo Domingo, situada en la plaza del mismo nombre en la Ciudad de México y listo. Cualquier diseñador gráfico de los que ahí pululan se lo hará en cuestión de minutos por una módica feria.

Una vez con el “titulo” basta llevarlo a un compadre o comadre que trabaje en el TSJ para comenzar a disfrutar de las mieles de la buena vida. Si llega usted a una de las ocho salas de la magistratura cobrará más que cualquier magistrado del resto del país. Pero además gozará de cocina y una dietista vigilará su peso y el de su familia por cuenta del mismo Tribunal.

No es cuento, estimado lector. En la nómina del TSJ hay cocineros y dietistas que atienden a esa bola de zánganos a costa de los impuestos que usted genera y por eso se acabaron el presupuesto para este año.

El Secretario de Finanzas del gobierno estatal, José Lima Franco dijo que el presupuesto para este año para el Poder Judicial del Estado, se lo gastaron los señores del tribunal en seis meses (de enero a junio) y por eso no tienen dinero ni para pagar la nóimina.

Esto ya sucedió, la gente que trabaja en el TSJ pero que no es magistrado o magistrada, se quedó sin percibir su segunda quincena correspondiente al mes de junio.

El funcionario agregó: “Se les aprobó su presupuesto, sin embargo, no hicieron una buena distribución o administración, o un ajuste en su gasto. El tema es que se acabaron su presupuesto a julio, y de agosto a diciembre ya no tienen dinero para pagar la nómina”.

¿En qué se gastaron el dinero? vaya usted a saber, aunque nos lo imaginamos. ¿Quién se lo gastó? será fácil investigar porque eso es un delito. Basta asomarnos a lo que dice la Constitución de Veracruz en su artículo 60: “El presupuesto asignado al Poder Judicial podrá ser mayor pero no menor al dos por ciento del total del presupuesto general del Estado, previsto para el ejercicio anual respectivo, y deberá ministrarse conforme al calendario autorizado en los términos que establezca la ley”.

Quien no haya cumplido la ordenanza de aplicar el presupuesto “conforme al calendario autorizado” está cometiendo un delito y deberá pagar por ello.

Son 500 millones de pesos el monto del desfalco, respetado lector, y tienen que ser los de arriba, los que manejan ese dineral, los que deben saber dónde está.

Pero por si las autoridades quieren una ayudadita, una parte de ese monto seguro que fue para pagar a los cocineros, dietistas, el spa de algunos ministros, los autos que quitan el hipo, los buenos restaurantes y hasta los regalos para la esposa y para “aquellita” entre otras cosas. Si le rascan por ahí le podrán encontrar.

Lo que molesta es que esos zánganos hayan dispuesto de manera tan gandalla de un dinero que era para pagar el salario de los verdaderos y honestos trabajadores del TSJ.

Qué poca…