Caray, qué malo que en Coatzacoalcos ya no pueda uno beber en un antro como Dios manda sin que lleguen los jenízaros y lo echen todo a perder. Resulta que en el bar La Vistima (así se llama), ubicado en el malecón costero, un grupo de parroquianos discernían sobre lo mal que le está yendo a la Selección Mexicana tras el vergonzoso empate a cero con Honduras, cuando de repente fueron agredidos con gases lacrimógenos.

Al grito de “todos pa afuera” elementos de la policía echaron a la calle a los parroquianos que aparte de gaseados se fueron sin pagar.

De acuerdo con los policías, el motivo de su violenta irrupción se debió a que los dueños del antro estaban violando el reglamento de bares y cantinas que estipula que el cierre de estos sitios debe ser a las 12 de la noche. La bronca es que los jenízaros cometieron su abuso de autoridad faltando dos horas para el cierre del establecimiento que por cierto, tiene en regla su documentación.

Pero vamos a suponer que en efecto se estuviese violando la hora del cierre ¿eso es motivo para que los policías corran a los clientes a punta de gaseadas?

Los dueños del bar dijeron que no es la primera vez que los presuntos guardianes de la ley actúan de esa manera lo que les ha provocado pérdidas y clientes, porque los que se van sin pagar ya no vuelven.

Esto no ocurría en ese puerto mientras los marinos estuvieron a cargo de la seguridad, pero se fueron a cumplir con sus obligaciones a otros sitios y llegaron los señores policías que, en lugar de poner el orden, fomentan la inseguridad y la anarquía.

Desde esta trinchera decimos salud por los bebedores de Coatza. Ánimo muchachos, no hay mala policía que dure cien años.