LODO EN LOS OJOS
El proceso proselitista estuvo teñido de sangre y violencia; el día de la elección de grupos de choque, aprehensiones sorpresa, amenazas directas a funcionarios de casilla y una gran afluencia de votantes; así será como recordemos esta jornada electoral histórica en donde los señalamientos y acusaciones mutuas estuvieron a la orden del día; las despensas para las campañas parecían tener localizador GPS porque eran encontradas por montones, casualmente con logotipos incluidos de los dueños, en la mayoría de los casos parecían montajes mal hechos. Varios operadores políticos fueron encontrados con posesión de dinero chueco, presuntamente para comprar votos.

Toda esta historia no debe concluir porque ya pasó el día de la elección, como si los votos hubieran expiado a los delincuentes electorales y comunes; tendrá que dársele seguimiento obligadamente y repartir culpas al tamaño que corresponda; porque esos veracruzanos que se volcaron a emitir su voto a pesar de los pesares merecen un mejor Veracruz y una democracia plena.

DESPUES DE LA TEMPESTAD
Es positivo que el Gobernador del estado haya mencionado que el día de hoy convocará a una conferencia de prensa en donde abordará a detalle los hechos que se dieron durante la jornada electoral; será fundamental que apriete tuercas para que cada incidente quede claro desde su origen.

También es importante que desde todas las tribunas el lenguaje violento sea tamizado, por respeto a los votantes y por no caldear aún más los ánimos, eso no significa no señalar, cuestionar y teorizar; pero si se sigue haciendo en un ambiente de confrontación se está jugando con fuego; es básico que la oposición de Morena se modere, pero mucho más importante es que el partido en el poder y quienes sirven al Gobierno usen un lenguaje de respeto, porque los mansos cuando los abofetean en una mejilla suelen poner la otra, pero nada más tienen dos; no se les puede abofetear permanentemente.

LO QUE VIENE
La geografía política con que nos despertamos este día marca diferencias con la que hemos transcurrido los últimos años; nuevos actores, nuevos caracteres y distintos objetivos; ojala que los nuevos diputados y alcaldes no lleguen para convertir el escenario político en el ring oficial rumbo a las elecciones del 2024; sería lamentable un escenario de confrontación durante tres años más, que dejaría en medio del golpeteo a quienes el pasado domingo les otorgaron su confianza, con la esperanza de que construyan un mejor Veracruz.

Si intentan avanzar sus proyectos dando resultados y no con descalificaciones, desde luego que se les aplaudirá, pero si por el contrario se traban en pleitos rancheros ¡Pobre Veracruz! de en balde salió a las urnas sorteando todos los incidentes que ya conocemos.

A pesar de los discursos de odio, los veracruzanos aún creemos en la democracia, así lo demostramos acudiendo a votar masivamente; ojala lo valoren quienes van a representarnos desde las alcaldías y diputaciones “a los que sufren lloran y esperan”; ya lo dijo el tío del colega reportero gráfico Peter Parker: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad.”

EL PRIETITO EN EL ARROZ
Los veracruzanos han padecido ya muchos años las consecuencias los pleitos permanentes del innombrable, primero contra Fidel, después más encarnizado contra Duarte y ahora rabiosamente contra Cuitláhuac; el Señor del Odio seguramente desea hacer el mayor daño posible utilizando a quienes considera sus peones de ajedrez, ojala que no le sigan el juego, porque el tipo es un sociópata consumado; así lo demostró en su pequeño (en todos sentidos) Gobierno, y así se ha comportado toda su vida.

Sus “aliados” tienen sin duda valores más íntegros que defender, y sus antagonistas problemas reales que atender.

LA ARREBATINGA
Ojala durante la solución de los conflictos del proceso electoral exista dialogo real, con propuestas de solución auténticas; es claro que varios resultados se van a judicializar de una y de otra parte, pero hasta en los pleitos callejeros existe la caballerosidad, sería bueno que se aplicara en esas altas esferas de la vida pública.

En la política aún no conocemos a nadie que pudiera canonizarse; cada uno tiene cola que le pisen; pero en estos renglones de estas Venenotas, saturados de utopías, va el deseo de muchos veracruzanos de que los recién electos se dediquen a trabajar por Veracruz y no a dañar más a nuestra gente, que desde los tiempos de Agustín Lara fue etiquetada como “una raza entera llena de amarguras”, pero poseedora de “un alma jarocha que nació valiente.”… ¡Pero ya no abusen!