El Ayuntamiento de Las Minas, municipio situado a tiro de corcholata de Xalapa, despidió a ocho trabajadores por motivos hasta ahora desconocidos por los afectados. Bien pudo ser porque cometieron una falta, bien pudo ser que le cayeron gordo al alcalde o vaya usted a saber. El chiste es que los despidieron sin darles la liquidación correspondiente.

En problema es que no los corrieron ayer, ni antier, ni hace un mes o cuatro años. Los despidieron desde el 2005, es decir, desde hace 16 años y desde entonces están peleando su reinstalación y que les paguen los salarios caídos.

Los ocho despedidos (menos uno que ya falleció), iniciaron el juicio laboral 436/2005 que se lleva en la Mesa IV del Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Estado de Veracruz.

¿Y cómo va el asunto? Pues como se puede apreciar va algo lento.

A pesar de que una autoridad federal ordenó al Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje que ejecute el laudo y los trabajadores sean reinstalados en sus puestos, además de que se les paguen los salarios que han dejado de percibir en todos estos años, la realidad es que siguen a la espera… y nada.

Como en Conciliación y Arbitraje están haciendo como que les habla la Virgen, lo conducente en estos casos es que entre en auxilio de los afectados la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuya titular, Namiko Matzumoto, ha sido eficaz para resolver este tipo de entuertos.

De otro modo la espera continuará y aunque nadie lo desea, puede que con el paso del tiempo los siete trabajadores restantes pasen a rendirle tributo a la tierra sin haber recibido lo que por derecho les corresponde. Y eso aquí y en China sería una injusticia.