Es la crónica de una “fractura anunciada”. Los diez gobernadores de la Alianza Federalista habían expresado que contemplaban la posibilidad de separarse de la Conago; suponemos que anunciarlo con antelación era para abrir aún alguna puerta para la negociación; misma que seguramente nunca llegó.

El día de ayer, encabezados por el Gobernador de Chiapas, anunciaron que se van porque hoy resulta que la Conago no es de la estatura de su vida: “ha perdido todo el potencial que tenía como un órgano de interlocución entre gobernadores para lograr acuerdos que incidieran en el desarrollo y bienestar de todos los mexicanos”. Dijo un radical Javier Corral Jurado.

Se fue casi una tercera parte de los treinta y dos gobernadores; de aquí en adelante el “grupo rebelde” podrá incrementarse o menguar, todo de acuerdo a como les vaya en la feria.

HISTORÍCO ROMPIMIENTO
Los gobernadores que le dijeron “Gusbay” a la Conago junto con Corral fueron, José Rosas Aispuro (Durango); Enrique Alfaro Ramírez (Jalisco); Silvano Aureoles Conejo (Michoacán); Francisco Javier García Cabeza de Vaca (Tamaulipas); José Ignacio Peralta Sánchez (Colima); Miguel Ángel Riquelme Solís (Coahuila); Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón (Nuevo León); Martín Orozco Sandoval (Aguascalientes) y Diego Sinhué Rodríguez Vallejo (Guanajuato) ¡Pa´ su mecha!

Los Federalistas, para despedirse mostraron sus desacuerdos con el presidente de la república respecto al tratamiento de la pandemia y con las grandes obras proyectadas.

Es claro y lógico que ninguno de ellos desea romper el dialogo con el presidente; de lo que se trata es de conversar de manera distinta, a su modo; a ver si no les sale el tiro por la culata.

Sea como sea ayer fue un día gris para la historia de la cooperación entre poderes en México.