Por otra parte, no le han salido bien las cosas a Julen Remetería, quien es el candidato natural del PAN para la Gubernatura, eso en caso de que el grupo Yunes quede desactivado; asunto que se ve complicado.

Por eso quizás el actual Senador se siente obligado a posicionar su imagen ante los panistas; mostrarse crítico y mordaz para competir con el perro de presa que tiene enfrente peleándole la candidatura; solamente existe un riesgo para Julen, el escandalo no es su estilo de hacer política y se nota.

Primero fue el Loganiza-gate y ahora los fantasmas en la Sev; ambas denuncias no fueron bien amarradas y en lugar de impulsarlo lo han desgastado.

Es natural que esté nervioso, porque por si fuera poca cosa proyectar su futuro político, también tiene que resolver el de su hijo; un junior que carece de impulso propio; famoso por ser un madreador de antro, violento y prepotente.

NO ES MALO JULEN
Rementería fue un buen alcalde, ahí demostró ser un buen administrador, tener habilidad política y saber gobernar; el paso de Julen por el Ayuntamiento porteño dejó un buen recuerdo en sus gobernados; ya después vino el bache de la Siop durante el minigobierno, en donde ni siquiera la carretera Xalapa-Coatepec quedó bien construida y a lo único que se dedicó fue a concluir las obras que había dejado Duarte iniciadas.

Sin embargo su ineficacia como Secretario fue producto de las circunstancias; por lo que no descalifica de su buena labor cómo alcalde, ni lo exime de ser la mejor opción que tienen los panistas para candidatear.

Él es un panista que cuida los principios de su partido, es prudente y tiene la suficiente trayectoria partidista como para volver al redil a quienes se abrieron ante el neopanismo.

Sin embargo las ganas de figurar lo están perdiendo; pero si regresa a su estilo propio, seguramente logrará más que queriendo colgarse del escándalo; porque eso no le sale bien.

(Imagen/ El Pulso)