En Juchique de Ferrer el acoso a la familia Cuevas Hernández ha sido sistemático por parte de las autoridades municipales comandados por Lizbeth Emilia Portilla.

La aversión por parte de la presidenta nace, quizás, a causa de lo cuestionada que fue su elección; pues al cierre de la jornada electoral en la que el menor de los hermanos, Cruz Cuevas, ganó la alcaldía de manera cerrada (por escasos 28 votos) y a pesar de que su triunfo fue reconocido por OPLE le metieron maña para revertir los resultados.

Desde la Secretaría de Gobierno de Rogelio Franco le dieron la vuelta a las cifras con alquimia, y para la noche solamente era un voto la que daba el triunfo a Cruz Cuevas, sin embargo para el día siguiente desde Segob, Franco proclamó (por sus pistolas) triunfadora a Portilla Gumercindo con diferencia de cinco votos.

El supuesto fraude contó con el aval del Tribunal Electoral de Veracruz y la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a quién Cruz Cuevas acusó en su momento de estar al servicio de Franco.

Al ex funcionario yunista le unen lazos afectivos con la familia de la ahora presidenta municipal ¡Regalazo!

¡LA DUEÑA DE JUCHIQUE!
Durante los tres años que ha gobernado, a la señora presidenta de Juchique le ha incomodado la presencia de la familia Cuevas en su municipio; para mostrarles su molestia, Portilla ha utilizado en diversas ocasiones a la policía municipal, para llevar a cabo actos como situar a algún elemento a vigilar a los Cuevas en sus domicilios y durante sus recorridos por el municipio; incluso hace unos meses les bloqueó el evento llamado “la Rodada”, que consiste en un recorrido de motociclistas llegados de todo el país, en donde los Cuevas Hernández participaron activamente en la organización.

La intimidación de la alcaldesa contra la familia de quién fuera su contendiente en las elecciones ha ido subiendo de tono, pasando de lo gracioso a lo peligroso.

El pasado sábado surgió un botón de muestra, cuándo les impidió entregar despensas a la población a un grupo de personas dirigidas por los hermanos Cuevas y por el empresario Rubén Carrasco, dueño de refrescos Coyame; quienes ante el enojo de la señora presidenta decidieron hacer uso de la prudencia y retirarse.

En el aire quedó la amenaza de la alcaldesa: “¡Este circo con su jefe les va a servir a ellos (Cruz y Ernesto Cuevas) para su misma sepultura!”; “los traigo muy puestos, aquí y en China” concluyó la intimidación, le diríamos a Gumercindo que si va a China se cuide, pero ella dice que es inmune al coronavirus porque es la autoridad ¡así que pos´…!