DELICUENTES ANONIMOS
En teoría los derechos humanos de todos son protegidos por diversas Comisiones que se rigen bajo el principio de “proteger a todas las personas, tanto de las que son víctimas de conductas delictivas, como de aquellos que son indiciados o acusados por cometer delitos”.
Lo paradójico del asusto es que desafortunadamente estas Comisiones terminan velando más por los derechosa de los delincuentes que de las víctimas.

Y es que parte de las funciones de estos organismos es cuidar que sean juzgados conforme a derecho.
Ahí va un botón de muestra: El 18 de junio de 2016 entró en vigor el Nuevo Sistema Penal Acusatorio en toda la República Mexicana, que prohíbe mostrar el rostro del presunto culpable, así como revelar su nombre completo; de ahí que las fotos de los incriminados tengan que ser difundidas con parte del rostro cubierto y sus nombres acompañados por la letra “N” en sustitución de sus apellidos.

La acción es para cuidar la presunción de inocencia; pero en su regazo han encontrado los delincuentes un manto de protección ¡Era bueno pero resultó malo!

NADIE CUIDA LA DISCRECIÓN
Se justifica que se cuide el anonimato de quién es acusado y enfrenta un proceso sin que se haya demostrado su culpabilidad, pero suena ilógico que se haga lo mismo con quienes son detenidos con las manos en la masa.
Cheque usted parte de un boletín emitido ayer por la SSP de Veracruz: “Elementos de la Fuerza Civil y Guardia Nacional (GN) detuvieron a Sinaí de Manuel “N”, acusado de robo a una tienda de conveniencia ubicada en la colonia Infonavit Loma Alta, así como de violencia contra la gerente, a quien lesionó con arma blanca.

Los hechos ocurrieron en la avenida Pípila, esquina con Niños Héroes, donde dos sujetos sustrajeron aparatos electrónicos del establecimiento, por lo que empleados dieron aviso a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a través de la aplicación Alerta Empresarial.

A ver; las autoridades cumplen con las disposiciones para proteger al mozalbete ¿pero qué hay de los empleados? Subrayamos el dato porque la indiscreción oficial los pone riesgo, bajo la mira de los cómplices del asaltante para cualquier venganza ¿Qué importaba dar detalles del por qué lograron detenerlos? Los apresaron y ya.

DADOS CARGADOS PARA EL DELINCUENTE
Mientras que se protege el anonimato de los delincuentes, la identidad de las victimas muchas veces es revelada; y que nos disculpen pero que nos perdonen, pero cualquier ciudadano bien nacido tiene más empatía por las victimas que por los victimarios, sin embargo parecería ser que por parte de las autoridades es al revés volteado.

Un buen amigo se puso en una ocasión la capa de superhéroe y detuvo a dos o tres mal vivientes que lo asaltaron en la vía pública de las Ánimas en Xalapa; los policías le advirtieron que tenía que presentarse a ratificar su denuncia, y lo hizo.

Lo terrible del trámite es que mientras se cuidó durante el juicio la identidad de los asaltantes, el ministerio público leyó frente a los acusados y sus familiares el nombre completo y domicilio particular del acusador ¡Así las incongruencias de nuestra justicia!

FICHITAS ANDAN LIBRES
Para seguir ejemplificando la “justicia a la mexicana” citaremos otro comunicado, esta vez del 4 de abril, en él la SSP reporta la detención de cuatro individuos por robo con violencia; cierran el boletín apuntando: “Cabe mencionar que los presuntos señalados tienen historial delictivo relacionado con atracos y sustracción de menores”.

Es decir, ya estuvieron detenidos por secuestrar a niños y asaltar ¿entonces que hacen libres?
Es verdad que la pena para quienes privan de la libertad a otros es demasiado laxa, llega a ser hasta de solamente seis meses, pero también se establece una serie de agravantes, entre ellos si el secuestrado es un menor de edad. Afortunadamente en ese tema recientemente se reformó el Código Penal Federal, estableciendo pena de quince años de cárcel a quienes retengan, sustraigan y oculten a un menor de edad; ahora solamente falta que sí lo apliquen.

ESTABAMOS MEJOR DE CAVERNICOLAS
A los delincuentes detenidos los protegen diez derechos fundamentales, no vale la pena citarlos; sin embargo para las víctimas no existe un protocolo para su tratamiento.
Las comisiones de derechos humanos se aparecen invariablemente para cuidar el trato que se les da a los delincuentes y no a las víctimas.

Ustedes disculparan, pero en algunos aspectos estábamos mejor cuando nuestra sociedad era más salvaje, cuándo el Casos de Alarma podía etiquetar con calificativos a los delincuentes y tanto su rostro como sus delitos eran del dominio público; es verdad que bajo ese esquema se cometieron muchas injusticias, pero quizás menos que ahora que sobrevivimos en una sociedad en donde es protegido el delincuente, mientras que las victimas quedan vulnerables.

Quizás deberían existir en la aplicación de los derechos términos medios, y que las autoridades se dejen de ridiculeces legaloides que lo único que hacen es hacer crecer la impunidad de los malos, para que sigan fregando a los buenos.

EL HORNO NO ESTÁ PARA BOLLOS
México está considerado como el segundo lugar de los países de América Latina calificados con riesgo extremo por su índice de criminalidad, solamente detrás de Guatemala.

Dentro de nuestro país tenemos cinco de los diez municipios considerados más violentas del mundo (Los Cabos, Acapulco, Tijuana, La Paz, Cd. Victoria).
Como estado contamos con una de las dos ciudades calificadas como más inseguras de México, Coatzacoalcos, que sigue muy de cerca a Ecatepec de Morelos.

Es claro que las circunstancias no están como para apapachar a la delincuencia; es urgente que los Congresos y los mismos Derechos Humanos busquen penas más severas, no es posible que traten a quienes son violentos con olivos de paz y de confort.

La responsabilidad de bajar la violencia no es exclusiva de las policías, las complicidades intencionales o involuntarias escalan hasta lo más alto; por eso estamos como estamos.