CALAMBRES A CHENDO

2019-08-21
A Manuel Rosendo Pelayo primero le intentaron crear responsabilidad por algún tema de luminarias; ahora catearon su casa por un supuesto fraude en recursos de Liconsa; no se sabe con certeza si Rosendo es culpable o no; lo que sí es evidente es que desde la Fiscalía le traen mucha hambre.

El fondo de la persecución no es para nada un espasmo de legalidad de Winckler; ni siquiera un apasionamiento por evitar la corrupción; el fondo es político; y sí, el ex alcalde de eso sí es culpable.

Sucede que durante la precampaña pasada a la alcaldía Manuel Rosendo anduvo “robaleando” entre el Verde y el PAN.
Tan nervioso andaba que amarró diálogos con el líder máximo azul ofreciéndoselas, nos referimos a las ayudas; sin embargo lo que nunca pensó es que el acuerdo no sería para apoyar al candidato panista y mucho menos al del Verde, sino al junior independiente impuesto como pago de los sus favores de Vicente Benítez.
¡Ahí fue donde torció la puerca el rabo!

CHENDO SE RESBALÓ
Manuel Rosendo no supo medir los tiempos ni los acontecimientos y se quedó como el perro de las dos tortas; para colmo de males el elegido de Chente es parte de la familia Garay, enemiga natural de “Chendo.”
Así que al joven Octavio Pérez Garay le salió lo pitoniso y desde que tocó a “la silla embrujada”, vio a su ex compañero de equipo político en la cárcel; así que tanto él como sus padrinos están empecinados en que esa premonición se cumpla.

Para mandar catear la casa de Manuel Rosendo Pelayo se requiere de mucha perversidad; es obvio que el Fiscal sabía perfectamente que no lo encontrarían en su domicilio; lo que también conoce Winckler -por lo visto- es que la casa de Rosendo y la de su madre, una señora de avanzada edad (dirán algunos que no tiene, pero sí) son contiguas; así que el cateo estuvo más dirigido a dañar emocionalmente a la familia del ex alcalde que a una estrategia judicial. Surge una pregunta al margen ¿Winckler tendrá madre?