REUNIÓN CON AMÉRICO ZÚÑIGA

2019-06-04
El día de ayer por la mañana, tuve oportunidad de tomar un café con Américo Zúñiga Martínez.
Llegó de hacer ejercicio, manejando su vehículo: “esto es a lo que me dedico ahora”, comentó sonriendo.
Como todo servidor público, cuando fue presidente municipal Américo tuvo sus detractores, sin embargo ahora comparando su trabajo con lo que está sucediendo en la capital del estado su figura parecerá la de todo un estadista.

Ser alcalde siempre fue la meta de Zúñiga Martínez, así lo comentó: “Fui secretario del Trabajo para ser alcalde de Xalapa, no se logró pero luego fui diputado local con el mismo propósito, me llevó nueve años alcanzar esa meta”.

Caray, pues el compás de espera no fue nada malo.
Los temas de la plática variaron entre el momento político que se vive y el futuro de los partidos; versó entre destacar la generosidad de la población de Xalapa y la comunicación que el político no ha dejado de tener con ellos, ni con los líderes de opinión de esta ciudad.
Queda claro que nunca ha dejado de ser político.

LOS ALACRANES DE AMÉRICO
En charla, Américo Zúñiga evitó criticar al actual gobierno municipal, sabedor de lo que es estar detrás de la barrera, frente al toro de lidia de más de 500 kilos de peso que es la compleja ciudad de Xalapa.

El hijo del maestro Zúñiga es consciente de que los tiempos para su partido cambiaron radicalmente para mal después de las pasadas elecciones, sin embargo se mantiene priista de convicción y observa una chispa de esperanza con lo sucedido en Durango el pasado fin de semana.
Comenta que en una parte de su jardín han encontrado una gran cantidad de alacranes, bromea: “para no perder la costumbre”, sonríe; con certeza de que la política siempre es ruda, y que si se le ocurre volver a enrolarse en ella le saldrán al paso “alimañas, víboras prietas y tepocatas” con las que tendrá que lidiar.