| ¡SE ACABÓ LA GUERRA! |
| ¡SE ACABÓ LA GUERRA! |
| 2019-02-04 |
| VENENOTAS Por El Tlacuilo ¡SE ACABÓ LA GUERRA! EL ANUNCIO Casi concluía la Conferencia de Prensa madrugadora del día 30 de enero en Palacio Nacional, cuando a pregunta expresa del tema del narcotráfico, el presidente López Obrador respondió: “No hay guerra”. “Oficialmente ya no hay guerra”. La frase fue breve pero contundente, e incendió a los “opinólogos”, que armaron una fuerte polémica al respecto. ¿HISTORIA O HISTORIETA? López Obrador debe de estar “rete preocupado” por conocer mi opinión, así que ahí va. Antes de decir si estamos de acuerdo o no en que cese esa “guerra”, tendríamos que hacer antes un balance de sus orígenes, lo que ha significado, además de a quién beneficia. Felipe Calderón llegó a la presidencia en medio de acusaciones de fraude electoral, las etiquetas de “ilegitimo y espurio” no tardaron mucho en hacerle mella. Calderón, que había tomado protesta entrando y saliendo por la “puerta trasera” del Congreso, veía en la persecución del crimen organizado la oportunidad de legitimarse, y de paso allegarse recursos financieros extraordinarios del extranjero; así que a menos de un mes de haber asumido su Gobierno, etiquetó como “guerra contra la delincuencia” las acciones militares que estaba a punto de emprender. Lo hizo durante su discurso oficial en el Quinto Foro de Inversiones y Cooperación Empresarial Hispano-Mexicano. Días después, fueron enviadas las primeras fuerzas militares a su estado natal, Michoacán. Con los siete mil elementos federales, se dio inicio a “las hostilidades bélicas”. El hombre de confianza del presidente durante ese operativo y durante toda la guerra de su gobierno fue su Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. ENCUESTITIS Tras la acción, y a seis meses de su Gobierno decidió medirle el agua a los camotes, así que con un costo superior a los 15 millones de pesos contrató a la empresa Opina S.A de C.V. para sondear por primera ocasión los resultados de su estrategia; la encuesta constó de una sola pregunta: “Para usted, ¿quién es ahora el Presidente legítimo de México?” Aunque según la información oficial los resultados de aquella primera encuesta favorecieron a Calderón, siguió viendo en esa guerra la oportunidad de seguirse legitimando. Durante su gobierno gastó un total de 141 millones 600 mil pesos para hacer repetidas en ocasiones la misma pregunta. EL RECUENTO DE LOS DAÑOS Los resultados de la guerra de Calderón fueron desastrosos, los grupos criminales en lugar de menguar fueron creciendo; el baño de sangre en nuestro México aún parece incontrolable. Calderón Hinojosa cerró su Gobierno con casi 130 mil víctimas a causa de su guerra; incluyendo un elevado número de civiles, los que llamaron “daño colateral”. La cifra se mantuvo con Peña Nieto, la suma de muertos con violencia de ambos gobiernos es de casi 240 mil caídos. A fines del sexenio de Calderón, su “policía” fue descalificada por el entonces subsecretario de Estado para temas narcotráfico internacional de Estados Unidos, William Brownfield, quien señaló que “las policías estatales y locales en México parecían ser parte del problema y no de la solución”; además acusó de que era evidente que estaban infiltradas por el crimen organizado. No sabemos que tanto creerle a Nexflix, pero en su serie del Chapo, da puntuales detalles de esos hechos, hilvanando entre la realidad y la ficción; ignoramos que predomina más, si la verdad o la fantasía. SE ENGANCHÓ PEÑA Al cambio de sexenio del PAN, el priista Enrique Peña Nieto abrazó la estrategia de Calderón; con los mismos resultados nefastos. Incluso, tan similares fueron que hasta se les “fugó” el mismo Capo del narco a ambos; además los dos fueron acusados de favorecer a ese mismo grupo criminal. POR SI ME VUELVE A PREGUNTAR Desde un particular punto de vista, los únicos favorecidos de la apodada “guerra contra el crimen” son los gringos; pues siendo que su población es de los principales consumidores de drogas a nivel mundial, los mafiosos de ese territorio han visto en la estrategia de México la oportunidad de incrementar los precios de las substancias ilegales. Por su parte la corrupción oficial gringa tiene mayor control del dinero de las ganancias de la venta de drogas; porque lo que le faltó decir a William Brownfield, es que también su policía, su iniciativa privada y desde luego su Gobierno son parte del problema. Asimismo, la guerra emprendida por Calderón y sostenida por Peña Nieto ha significado el incremento de ganancias en una de las principales industrias de Estados Unidos, la de las armas; pues lo mismo equipa a los narcotraficantes que a las fuerzas que los combaten. FALTA POR EXPLICARNOS MÁS El hecho de que la prioridad del Gobierno durante los pasados doce años haya sido el supuesto combate al narco, ha dejado de lado los delitos comunes; que a final de cuentas son los que más afectan a la población. Sobra decir que consideramos un acierto dar por terminada la guerra que se comprometió Calderón a llevar a cabo. Entendemos también que lo que el Gobierno Federal cancela son los operativos para perseguir capos del narco; lo cual no significa que si las mafias secuestran, asesinan, venden mercancía en nuestro territorio o cometen cualquier otro delito en contra de la sociedad civil no se les va a dejar de perseguir y de castigar. POR SI ME PREGUNTA “Lo que buscamos es que haya seguridad”, dijo López Obrador. Ojala así sea, porque si hay un estado que ha sufrido las consecuencias de las fallas de las estrategias de Seguridad Publica es Veracruz, apenas hace unos días una papelería de las más tradicionales de Xalapa cerró sus puertas en una de sus sucursales por falta de seguridad; los feminicidios y violaciones se dan en cifras escandalosas, además el tiradero de ejecutados no cesa. Urge dejar de cuidarles las espaldas a los gringos, y empezar a cumplir con la obligación de salvaguardar la seguridad de los mexicanos. Así que si me manda a preguntar el presidente “que me parece el cese al fuego de la guerra de Calderón”, podré contestarle que estoy de acuerdo. |
