| ELECCIONES PRESIDENCIALES |
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| 2018-06-27 |
| VENENOTAS Por El Tlacuilo ELECCIONES PRESIDENCIALES A.C Y D.C (ANTES Y DESPUES DE COLOSIO) Los números de las más recientes elecciones presidenciales son para leer entre líneas. Al parecer el control hegemónico que mantuvo durante muchas décadas el PRI en el país se quiebra en el impase de la candidatura de Luis Donaldo Colosio a la de Ernesto Zedillo. Que nos disculpen los adoradores de Colosio (EPD), pero la verdad era un candidato bastante flojo, al que Cuauhtémoc Cárdenas le llevaba la delantera. Su lamentable muerte cambió el plano electoral, pero sobre todo el político; por primera vez en la historia reciente del país llegaba un candidato que el presidente no había decidido, lo resolvió el infortunio. Tal vez de ahí derivó la confrontación del presidente que se iba, que le dejó sembrado el error de diciembre y a los zapatistas, y el que llegaba que lo etiquetó como el presidente más corrupto de la historia de México. Así de rudo acostumbran llevarse en la cúpula del poder. NETO ZEDILLO Tras la elección del noventa y cuatro, que ganó Ernesto Zedillo, el pueblo quedó caliente, las protestas iban creciendo hasta que hubo una concentración en el Zócalo de la ciudad de México a donde no llegó Cuauhtémoc Cárdenas quién desapareció por un buen tiempo de los escenarios públicos, para reaparecer luego como el primer Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, desapareciendo con ello la tradición del Regente de la Ciudad, que era una designación directa del Presidente en turno. Camacho Solis, el último de los regentes, había demostrado lo peligrosa que era esa figura, pues se obsesionó con la candidatura a la presidencia y para presionar financió con los fondos de Ruta 100 al Ejercito Zapatista, que Salinas permitió crecer. Por cierto, Zedillo ganó la elección con arriba con 17 millones de votos. Su gobierno estuvo marcado por la crisis internacional del “Efecto Tequila”, y acciones escandalosas como el FOBAPROA. Al término de su sexenio entregó los Pinos al PAN, dándole madruguete al Instituto Electoral. EL CHENTE CON BOTAS En el año dos mil surge un candidato suigéneris que llegó al escenario político rompiendo todas las formas y protocolos, muy pronto se posicionó como la esperanza de los mexicanos. Su estilo bronco, desparpajado y directo cautivó al elector, y con una ayudadita por parte de Zedillo llegó a la Presidencia. Derrotando por segunda ocasión al hijo del general Cárdenas. Si usted piensa que Vicente Fox obtuvo una votación histórica, lamentamos decirle que no es así, ganó con cerca de 16 millones de votos, un millón menos que los de Zedillo. Eso sí, aventajó a su más cercano competidor (Labastida) con más de un millón y medio de sufragios, mandando a Cuauhtémoc Cárdenas al sótano de los seis millones de votos. Fox realizó un gobierno desastroso en el ámbito político, durante el cual fracturó las instituciones. Su sexenio quedó marcado por el autoritarismo de su esposa Martha Sahagun y la corrupción de los hijos de la primera dama. Sin embargo su acierto de “chiquear” a los gobernadores de oposición le permitió prolongar el gobierno de su partido durante un sexenio más, con Felipe Calderón Hinojosa. Adivinen quién perdió por primera ocasión en esa elección. FELIPILLO CALDERÓN Calderón había sido director de Banobras, fue después el Secretario de Energía de Fox hasta que el entonces presidente lo regañó públicamente por andar de acelerado en busca de la candidatura a la presidencia. No gustaba que le brincara por encima al precandidato consentido que era Santiago Creel. Para Calderón el eje de su campaña fueron los debates, a través de los cuales le fue bajando popularidad al candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador (Ej que habla muy lengto). Le elección del 2006 fue cerrada. Contra todos los pronósticos, y marcado abajo en las encuestas Felipe Calderón ganó la presidencia. La respuesta violenta de Andrés Manuel López Obrador fue histórica. Acusó de fraude electoral, surgió el “voto por voto casilla por casilla” y llevó a cabo diversas marchas y un largo bloqueo en la avenida Reforma que ocasionó daños millonarios al comercio establecido. El cinco de septiembre de ese año, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, puso fin a la polémica y las presiones validando las elecciones y otorgando -en el último conteo- una diferencia de tan solo cincuenta y ocho décimas entre Calderón y AMLO. Los números quedaron 15 millones 284 mil votos para Calderón, y 14 millones 756 mil 300 para López Obrador. Felipe Calderón fue uno de los presidentes más nefastos de la historia del país, tan solo el hecho de haber dado inicio a la guerra genocida contra el narcotráfico que dejó durante su sexenio sesenta mil muertos, es suficiente para esa etiqueta. Sin embargo sus inagotables ansias de poder lo llevaron a intentar convertir a su esposa en presidenta, no tiene llenadero. PEÑA NIETO No se necesita ser un erudito en matemáticas para notar que aunque la población va a la alza, la votación con que habían ganado los presidenciables había ido a la baja; pasamos de los 17 millones de Zedillo a los 15 millones de Calderón. Hasta que surgió un fenómeno de popularidad abanderado por el PRI llamado Enrique Peña Nieto, quien ganó la presidencia con más de 19 millones de votos, dejando atrás al puntero de las encuestas por un margen de 4 millones de votos. La abanderada del PAN, Josefina Vásquez Mota, ni siquiera figuró pues obtuvo casi 13 millones. Aunque Andrés Manuel superó su votación anterior, hecho que le hubiera alcanzado para ganarle a Calderón, no le fue suficiente para derrotar a Peña Nieto. La popularidad con la que llegó Peña Nieto a las elecciones se fue mermando durante su gobierno, y aunque hizo un buen gobierno, no le ha sido reconocido por muchos mexicanos. Las manchas de Ayotzinapa, las víctimas de la delincuencia y los problemas sociales han empañado un gobierno que podía irse con aplausos. Tan solo en Veracruz, Peña Nieto realizó tres de las obras más importantes de su historia (el Puerto de Tuxpan, con autopista incluida, Puerto de Veracruz y la planta de etileno de Coatza´). RUMBO AL PRIMERO DE JULIO Así los números en las elecciones presidenciales, si usted analiza bien, se dará cuenta que hay un elector oculto y discreto, que es quién a final de cuentas inclina la balanza hacia uno u otro lado. Ese elector no tiene militancia, no está contaminado por ningún interés personal, pero suma muchos millones de votos. Jamás las previsiones, encuestas y hasta las premoniciones esotéricas podrán darnos un mapa completo de lo que está sucediendo en una campaña proselitista; sería imposible sondear a un padrón de 89 millones 838 mil 148 electores (número que oficializo el INE al corte del veintiséis de enero de este año). Así es: “¡Que no le digan, que no le cuenten, porque a lo mejor le mienten!”; la decisión está en sus manos, suena a cliché, pero es una realidad… ¡A darle! |
