| Cosas de periodistas |
| Cosas de periodistas |
| 2017-11-13 |
| Regañados Motivar el odio en contra de la prensa puede ser una estrategia que blinde muy bien a un gobernante, pues la tribuna crítica bajará su credibilidad, pero es riesgosa en extremo. Durante el actual gobierno la prensa ha sido ofendida, menospreciada y hasta agredida verbalmente. Hasta hace escasos dos meses, quién escribe, consideraba desde su función como presidente nacional de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, que en Veracruz se vivía bajo la libre expresión, sin embargo recientes acontecimientos obligan a cambiar ese punto de vista. Indicadores El anuncio desde la fiscalía de criminalizar “las mentiras” que sean publicadas en la prensa, no es más que una amenaza velada para que los columnistas y editores empiecen a ejercer su trabajo con temor. En la mayoría de los casos los periodistas, por prestigio propio, cuidan de no equivocarse, pero si se equivocan, en efecto publicarán una mentira, sin embargo si el mentir fuera un crimen, todos los funcionarios y representantes populares serían ingresados a la cárcel inmediatamente después de cada campaña electoral, porque nos mienten descaradamente. Clasificación no apta para la familia Es preocupante la descalificación y la etiqueta de enemigos que el gobierno ha estado colgando a los comunicadores; es inequitativo generar desde el ejercicio del poder el odio social hacia los periodistas. Son ya varios los eventos públicos en los que el señor gobernador descalifica verbalmente a compañeros periodistas; la más reciente fue a una dama. Consideramos, respetuosamente, que la caballerosidad es una virtud de los hombres veracruzanos, que bajo ninguna circunstancia de poder debe dejarse de lado; el respeto a la vulnerabilidad social de la mujer es un elemento imprescindible para protegerlas en medio de tanto pensamiento misógino y hasta feminicida. Lo cortés no quita lo valiente, ni lo poderoso. El tan mentado Recurriendo al pasado, tan socorrido en la actualidad, no todos consideran que el gobierno de Duarte haya tenido que ver con las agresiones y asesinatos a periodistas; pero sí cometió un grave error que pudo haber propiciado que sucedieran, permitir la impunidad de los agresores. Hoy desafortunadamente está sucediendo lo mismo. Estrategias ¡Ok! Más allá de la convicción personal del actual gobierno, de marcar distancia con los periodistas veracruzanos y cercanía con los comunicadores nacionales, sería salomónico brindar, desde el gobierno, seguridad y respaldo a la prensa a través del respeto, para que pueda ejercer su labor informativa. Sea la opinión en el sesgo que esta sea, critica o aplaudidora, la línea editorial es decisión individual, y créannos, los comentarios en favor o en contra de una administración de los profesionales validan a un gobierno. Los periodistas, en su gran mayoría, no pagan escoltas, no tienen autos blindados ni seguridad en sus inmuebles; los funcionarios sí los tienen, y es válido. Entonces para que sostener una confrontación desigual entre quienes ostentan el poder absoluto, contra quienes lo único que traen para “defenderse” es su grabadora y su opinión. Idiosincrasia de prensa veracruzana Cada región de Veracruz tiene su estilo de reportear, nuestra prensa es aguerrida pero no grosera en el trato con el funcionario. En alguna ocasión preguntaba a los encargados de medios de Ochoa Reza, como vislumbraban a la prensa veracruzana, respondieron: “Mira, en todas las ciudades del país que tenemos eventos hay uno o dos periodistas “cabrones”; en Veracruz todos lo son”. En otra ocasión un subsecretario de gobierno comentaba: “La prensa del Puerto y de Xalapa son muy distintas, en Veracruz te preguntan que parece que te van a golpear, sin embargo ves al otro día una nota que es tranquila. Sin embargo al contrario acá en Xalapa, te preguntan suavecito; hasta parece que son tus amigos, y al otro día te hacen pedazos con lo que publican”. Sí, la prensa veracruzana está considerada entre las más aguerridas del país, pero tiene forma y consistencia a través de grandes profesionales, maestros de este oficio. Así somos Cada periodista veracruzano es –según su punto de vista- el que posee la verdad absoluta y la defiende ¿eso es delito? Haber trabajado a través de contratos de difusión con los gobiernos anteriores vuelve a las empresas de comunicación enemigos del sistema, no lo creo. Querer sostener empresas de las que dependen familias enteras es para ser recriminados y exhibidos, como si desear hacer negocios productivos fuera peor que ser delincuente, no lo considero. El gobierno expresa que no es su obligación contratar a los medios; difiero, es responsabilidad de todo gobierno impulsar a su empresa privada; mucho más en Veracruz en donde todas las empresas, de cualquier giro, requieren comercializar sus servicios con los gobiernos, ya sea estatal, municipal o diversos, si pretenden tener permanencia. No se mal entienda lo anteriormente escrito, no es pedir nada para nadie, la única intención es expresar que la prensa no es la enemiga de ningún gobernante ni gobierno; los enemigos son otros. Punto de vista aún más personal Reconozco que si bien la libertad de expresión está siendo vulnerada, en Veracruz no ha existido represión violenta por parte del gobierno. Respeto la manera que haya decidido esta administración llevar a cabo sus políticas de comunicación (deben estar rete preocupados por saber mi opinión ¡jaaa!), el tiempo dirá si fueron acertadas o erróneas. Lo que sí deseamos los comunicadores (y así se ha comentado), es no ser criminalizados ni expuestos al odio social. Se propician riesgos innecesarios. Se está llevando a las empresas a bloqueos comerciales, por parte de quienes si bien tienen una forma distinta de observar la difusión a través de los medios, temen ser “congelados” si tienen acercamiento con la prensa; y hasta donde entendemos, la postura del gobierno estatal de no querer tratar con la prensa veracruzana, obedece a una política de difusión y no a una venganza personal. Ojala que tras la tempestad, por fin venga la calma, porque como diría el filósofo de Ciudad Juárez: “¿Pero que necesidad, para que tanto problema?”. |
