La traición política, manjar de los cobardes
La traición política, manjar de los cobardes
2016-06-27
Cuidado con los afines

Existen dos formas por excelencia de abrir una puerta: teniendo una llave o estando dentro. El ejemplo simplista es para iniciar a escribir de la traición política. Desde el relato bíblico de Jesucristo nos damos cuenta que los traidores son -la mayoría de veces- los más cercanos. Judas era el encargado de los dineros, pero al darse cuenta de que hacer grandes capitales económicos con su reinado no era prioridad para Jesús, lo entregó a quienes después lo crucificarían, señalándolo con un beso en la mejilla. En Roma, pese a los favores que recibió Marco Junio Bruto de Julio César, encabezó la conjura que terminaría con la vida del emperador.

Nuestra historia

Los ejemplos de traiciones en la historia de todas las culturas llenarían páginas enteras; y en la de nuestro país aún más. Victoriano Huerta traicionó a Porfirio Díaz escoltándolo al exilio, a Don Porfirio le fue mejor que a Francisco I Madero, a quien Victoriano además de traicionarlo lo asesinó. Álvaro Obregón traicionó y asesinó a Venustiano Carranza, a Francisco Villa, a Adolfo de la Huerta y a los que le estorbaban para ascender; incluso traicionó el principio revolucionario de la “no reelección”. Bien sentenciaba el Teólogo de la Liberación Ernesto Cardenal que: “La historia no es eso que cuentan los libros de historia, es una gigantesca zopilotera y un gran hedor”.

Más para acá

Si vemos la historia reciente, la mayor traición fue contra Luis Donaldo Colosio, de quienes tuvieron hasta el cuidado que de fondo musical al momento de su asesinato estuviera la canción: “cuidao con la culebra que muerde los pies, y si muerde los pies…yo la tengo que matar”. De la ejecución de Colosio siempre se habla, pero se olvidan los asesinatos en torno a esos hechos, como la de Ruiz Massieu y todo lo acontecido en esos tiempos violentos de la política en México. El político de confianza de Massieu, Manuel Muñoz Rocha, señalado como el principal traidor, nunca apareció. Solamente la bruja apodada “la Paca” aseguró que estaba muerto.

Menos violencia pero igual de perversidad

En el error de diciembre ¿Quién traicionó a quien, Zedillo a Salinas o a la inversa?

Recordemos (más para acá) que el candidato perdedor del PRI a la presidencia, Roberto Madrazo Pintado, acusó a los gobernadores de su partido de haberlo traicionado y haber apoyado al candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa. Y tiene lógica, porque Vicente Fox Quesada trajo muy consentidos a los mandatarios del PRI. Luego pagaron caro su error porque Felipe calderón los castigó a “PAN y agua”.

Acá en el terruño

En Veracruz también ha habido tradicionalmente expertos en traicionar, uno de los más conocidos es Gerardo Buganza Salmerón, quien después de haber sido candidato contrario al PRI, se integró como Secretario de Gobierno y otros importantes cargos de este gobierno, para que vea usted que no a todos los traidores les va mal, como a Judas.

Qué podemos decir de los candidatos perdedores: Alejandro Vázquez Cuevas, Alba Leonila Méndez Herrera y Juan Bueno Torio, quienes hicieron fortuna económica y poder político al abrigo del PAN, y ahora le jugaron las contras.

El pasado proceso electoral estuvo plagado de traidores, no solamente dentro de “las filas” del candidato perdedor Héctor Yunes Landa, sino también dentro de las del ganador Miguel Ángel Yunes Linares.

Se dice que a Héctor Yunes le presentaron (en una reunión del Fiesta Inn) la lista de traidores, donde se destacaron los priistas del Sur que acabaron con poderosa “reserva electoral” de aquella zona. Fue la carencia del “voto duro” de aquella zona la que le costó la gubernatura al candidato del PRI, pues donde se suponía habría la mayor cantidad de votos, todo lo contrario, fue el sufragio más bajo a su favor. Es más, las Encuestadoras no se equivocaron, fueron los electores quienes les mintieron con respecto a su preferencia electoral ¿traición o desquite de los veracruzanos?

El hombre de Palacio

A unos meses de que Javier Duarte de Ochoa termine su mandato, los traidores empiezan a perfilarse con mayor descaro, pero siempre lo fueron. La mayoría de los integrantes “del primer círculo” nunca se arriesgaron para quitarle un solo golpe de encima a quien los hizo ser. Cada uno de ellos (con honrosas excepciones) veló por sus propios intereses y lo sigue haciendo, le fueron fabricando con su deslealtad un presente de gobierno con pésima imagen, y ahora le están construyendo el pasar a la historia estigmatizado y señalado.

Los traidores de este gobierno son arquitectos de su propio destino, debido a que “hicieron mole con la gallina de los huevos de oro”, la figura que debieron haber fortalecido sale hoy debilitada, y es que es Duarte, terminando este gobierno, sería el único que metería las manos por ellos. Por sí mismos la mayoría no tiene valía, y si piensan que desde Barcelona les llegará su tabla de salvación están equivocados, porque ese “capitán” está más quemado que el color de su piel.

Javier Duarte de Ochoa, no es tan malo como lo pintan, es realmente un hombre que confió en su gente. Desgastado por las traiciones y los traidores. Conforme pase el tiempo, después de noviembre, usted verá que esta aseveración contiene mucha realidad.
 
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