Apenas el martes comentamos en una nota informativa que ojalá no se cometiera una injusticia… y se cometió una injusticia. Como bien sabe usted amable lector, el domingo por la noche el ex diputado local Antonio García Reyes, circulaba en su camioneta por las calles de Huatusco aparentemente en estado de ebriedad, cuando perdió el control y atropelló y mató a una niña de siete años.

En un video que circula en las redes se capta al ex legislador diciendo: “Me dormí cabrón. Yo me entrego a la policía y punto. Yo me entrego a la policía y ya. Ni modo que no vaya a responder por lo que hice”. Y en efecto, elementos de la policía lo detuvieron y lo pusieron a disposición de un juez. Los familiares de la víctima pidieron que no se le pusiera en libertad y se hiciera justicia, pero…

No pasaron ni 48 horas del percance cuando el juez de control Luis Alberto Cobos Hernández lo puso en libertad, seguramente (y es solamente sospechosismo) después de que su cuenta bancaria experimentara un sustancioso incremento. De otra manera no nos explicamos por qué soltó a un sujeto que manejaba ebrio y en cuyo vehículo se encontraron botellas de cerveza y alcohol.

Este miércoles el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial, suspendió al juez pero el daño ya está hecho. El ex diputado (expulsado del PRI por traidor) evitará por todos los medios pisar otra vez la cárcel y seguramente lo logrará. Y así se consumará un caso más de impunidad.