Cuando el PRI y EL PAN decidieron aliarse para enfrentar el proceso electoral pasado, nos pareció lógico, era la única manera de ser competitivos contra la aplanadora 4T; pero que hayan jalado al PRD nos resultó “extraño”, por decirlo de una manera amable; eso fue el equivalente a llevar de chaperona a la suegra a la luna de miel.

Uno se preguntaba entonces si acaso no sabían el triste papel nacional que estaba desarrollando ese partido; y si a nivel global su figura era una vergüenza, a nivel local con mucho más razón; pues tras la pasada alianza con el PAN el partido fue abandonado y solamente la plutocracia estuvo incluida en la nómina de Gobierno; también fueron privilegiados los personajes de medio pelo que se convirtieron en “operadores políticos” y se dedicaron a chupar del dinero que de manera ilícita fue desviado de las arcas públicas neopanista, pero para la militancia nada; por eso y por mucho más, incluir en la coalición al PRD fue un error que ahora están pagando, ya que las dos plurinominales que tuvieron que cederle a ese partido ya se perdieron debido a que a la voz de “sálvese quien pueda” las diputadas perredistas se unieron a Morena, lo que fue una decisión inteligente para su propio beneficio, pero que también fue la primera pedrada en los pies de barro del PRD veracruzano para que se desmorone.

ESTAMPIDA DE ALCALDES
El daño colateral de la falta de representación del Sol Azteca en el Congreso local será la migración de sus presidentes municipales que se quedan en la indefensión; los Ayuntamientos amarillos estarán a campo abierto, sin nadie que los cuide de la refriega desde la Legislatura, y ellos lo saben; tan lo saben que están ya migrando a buen resguardo; el botón de muestra es el alcalde electo de Banderilla, David San Gabriel Bonilla, que el pasado fin de semana no solamente facilitó las instalaciones públicas para que Morena de Zepeta realizara un acto proselitista en ese municipio, sino que también asistió y se tomó la foto.

¡Ojo! No se trató de un acto oficial de Gobierno, en ese caso se justificaría la presencia de San Gabriel, fue un evento meramente partidista en el que su presencia solamente puede significar que ya abandonó su militancia partidista amarilla y se está arrimando a la sombra de un buen árbol.
También asistieron a ese evento el “impresentable” alcalde electo de Tlacolulan, Raúl Velasco Hernández y Damián Hernández Hernández, de Rafael Lucio, ambos fueron electos por Redes Progresistas pero ahora seguramente intentarán sumarse al partido en el poder. Pero los señores presidentes electos no deben equivocarse pensando que con arrimarse a Morena se están ganando la expiación de sus culpas, porque no es así; si llegan a sus Ayuntamientos a cubrir las triquiñuelas de los que se van, o si incurren en excesos de poder, de igual manera les va a “caer la voladora”.

El asunto va en serio señores; así que, por ejemplo, San Gabriel debe estar consciente de que si no aplica la ley en el caso de la Calera y de otros temas estropajosos que le está dejando su padrino, será expulsado del paraíso.