Tuvo que morir un niño de manera cruel, dolorosa y absurda, para que las autoridades iniciaran operativos de revisión en chatarrerías con la finalidad de frenar el robo de tapas metálicas propiedad de la Comisión Federal de Electricidad, y de rejillas y alcantarillas pertenecientes al grupo MAS y a los ayuntamientos de Veracruz y Boca del Río.

Y les echaron montón a los chatarreros porque les cayeron elementos de la Policía Naval, la Policía Estatal y las Policías Municipales porteña y boqueña, así como personal de la CFE y de las Direcciones de Comercio, Gobernación, Mantenimiento Urbano, Protección Civil, Medio Ambiente y Tránsito y Vialidad.

¿Y qué encontraron? Nada. Ningún chatarrero tenía en su poder una tapa, rejilla o alcantarilla.

Sobre el tema el director de Gobernación del ayuntamiento de Veracruz, Julio Alberto Torres Martínez, comentó que se informó a los propietarios de las chatarreras que representa un delito comprar y poseer infraestructura de la CFE, Grupo MAS y del municipio.

Ajá ¿y? pues nada amigo lector. Eso lo saben los chatarreros desde antes de que naciera el director de Gobernación y les vale sorbete. Apenas se pase la ira ciudadana por la muerte de un menor que cayó a un registro de la CFE donde murió electrocutado, seguirán haciendo lo que han hecho por años: robar al Estado.

Y es que los raterillos parten de la base de que si los políticos han robado millones, ¿por qué ellos no le han de dar un pellizco a las tapas, rejillas y alcantarillas que usted paga con sus impuestos?

Quizá sea duro el comentario, pero es la pura verdad.