Digan lo que digan, pero nadie nos quitará de la cabeza que el rebrote del coronavirus en Veracruz y en el país tiene mucho, pero mucho que ver con las campañas proselitistas pasadas; pues aunque hubimos algunos necios insistiendo en que las autoridades electorales prohibieran los eventos masivos y los recorridos, no fue así, todos los candidatos se despacharon con la cuchara grande; presumieron sus multitudinarias marchas y sus bailongos; los vimos emocionados alardear de su bitácora de hogares visitados: “hoy pasé a saludar a cincuenta, sesenta o cien casas”; afirmaban con papel en mano e ilusionándose que ya se habían ganado el voto de los afortunados ciudadanos que tuvieron la oportunidad de estrecharles la mano; cuándo lo único que hicieron fue arriesgarlos y arriesgarse. De poco les valieron esas estrategias porque muchos de ellos no alcanzaron ni siquiera la cuota mínima de votación; algo tuvo que haberse hecho para evitar esos riesgos de contagios pero no se hizo; ahora hay que apechugar.

Podrán argumentar que no fueron las campañas las que provocaron la tercera ola, esa que está a punto de convertirse en tsunami; pero la realidad es que en los meses de mayo y junio el país se pintaba de verde y en estos días luce tonalidades rojas y naranjas.

Si de repartir culpas se trata, la falta de previsión fue del INE, porque las autoridades locales no podían prohibir lo que estaba autorizado. Pero ahora sí corresponde a los gobiernos atajar la ola, encontrando el justo equilibrio entre la dinámica de la economía y el control del “coronabicho”, sin embargo a muchos Ayuntamientos aún no les cae el veinte y evaden su responsabilidad ¡Que Dios nos agarre confesados!

A final de cuentas los ciudadanos no somos niños ni carecemos de salud mental, por lo que si las autoridades no nos cuidan debemos hacerlo nosotros mismos, actuar con responsabilidad y no confiarnos, porque las vacunas disminuyen los estragos del virus, pero no nos hacen inmortales ¡Aguas! además existe un amplio sector de la población que aún no ha sido vacunado.