Basta asomarse a la clínica 11 del Seguro Social, Xalapa, para calcular el nivel de obsolescencia de la atención medica en esa institución que ya se murió solamente que no le han avisado; y si usted desafortunadamente ingresa como paciente verá lo que es amar a dios en tierra ajena.
Mire usted: ¿Cuántas ambulancias cree que conforman la cuadrilla del hospital más importante de la región? No son ni diez ni cinco, cuenta con una sola ambulancia que además está descompuesta; lo que obliga a los familiares de los pacientes (venturosamente dados de alta) a alquilar un servicio particular para trasladar a sus enfermos que aún no pueden ser llevados en vehículo particular; la unidad les cuesta entre setecientos y cuatro mil pesos, además de que nada les garantiza que la ambulancia esté sanitizada adecuadamente; pero eso sí, el IMSS presume de un autobús que viaja diariamente al Puerto para llevar a los donadores de sangre que deberían ser atendidos en Xalapa; pero no son capaces de trasladar a sus enfermos a sus casas o a otros hospitales por carecer de ambulancia ¡Increíble!

Por cierto, abundando en el tema del traslado a los donadores, los viajantes que sale a las doce del día son regresados hasta las siete de la noche; además de que la fila previa en Xalapa para autorizarlos como donantes la tienen que hacer desde las tres de la madrugada ¡Hágame usted el refabrón cavor!

Por otra parte, los patrones se quejan del alto costo que deben pagar a la de a “huerzas” al IMSS, porque además de que es cara sus empleados se niegan a utilizar el servicio bajo el argumento de que “nunca hay medicamentos”; por lo que prefieren irse con el Doctor Simi y que sus jefazos les den para el medicamento; eso significa un doble gasto para el patrón que además está impedido por ley para asegurar a sus trabajadores de manera privada; tienen que hacerlo en el IMSS, que insistimos, tiene muchos años que está muerto (seguramente fue atendida por alguno de sus médicos) pero sigue caminando.

¡Ahí se lo dejamos de tarea a los Diputados Federales y Senadores! que deberían de autorizar ya que cada empresario asegure a sus trabajadores con el hospital que decidan; pero no lo hacen, prefieren sostener al IMSS con alfileres a costa del bolsillo de los patrones y de la salud de los derechohabientes.