En su trayectoria Ricardo Ahued ha sido siempre un pato que le tira a las escopetas.

Es también un pato que una vez ya acomodado adelante de la parvada se aloca; no lo hace cuando va volando atrás porque está consciente de que lo pueden zurrar los de adelante; pero eso sí, ya que se acomoda a la par del pato o ganso líder le da por zurretear a toda la parvada, echa heces para arriba, para abajo, para los lados y para atrás; eso es bien visto por los plumíferos que lo quieren mucho; sin embargo la acción denota falta de gratitud, de empatía y una personalidad narcisista; porque lo que nunca ha hecho Ahued es dejar el poder por estar en desacuerdo con quién lo ejerce; sí se ha protegido, como ahora que dejó Aduanas.

Es hasta lógico que después de los meses que el ahora Senador regresó detrás del mostrador de sus tiendas, se le acentuara la costumbre de trepar a costillas de los ingenuos que lo han empoderado para después desmarcarse de todo lo que lo pueda “manchar”.

Ahued Bardahuil es de manera natural un candidato ganador a la gubernatura de Veracruz, la juegue desde la trinchera que la juegue; pero su imagen tan bien vista por muchos la ha logrado a base de deslealtades tanto en su faceta panista, como en la priista y ahora desde Morena; pero en fin, en la guerra, en el amor y sobre todo en la política ¡Todo se vale!