Es parte de los usos y costumbres de los presidentes municipales hacer largas antesalas y cabildeos en la Ciudad de México para lograr “bajar” recursos extraordinarios, en un afán lógico de realizar mayor obra pública y brindar más servicios a sus gobernados.

El dinero que la federación etiqueta de manera directa obviamente no alcanza ni alcanzará para las necesidades de los municipios, por eso les es necesario dedicar muchas “horas glúteo” sentados en las antesalas de diputados, senadores y secretarios, para poder pellizcarle un poco más de recursos al Gobierno Federal, pues la vergüenza profesional obliga a los alcaldes a buscar dinero extra para beneficiar a sus gobernados.
En Xalapa sin embargo vivimos el “mundo del revés”, Hipólito Rodríguez no solamente no ha gestionado recursos extras, sino que durante tres años ni tan siquiera ha sido capaz de utilizar lo que le otorgan; así es, por tercer año consecutivo Hipolento va a regresar dinero a la federación porque no supo en qué utilizarlo.

Imagínese usted, si en medio de una pandemia en la que todos necesitaron ayuda no supo gastarse el dinero ¿Qué será en el último año en que nos tocará todavía padecer su falta de capacidad?

Ciudadanos, empresarios y hasta los mismos trabajadores del Ayuntamiento se quedaron descobijados, mientras el alcalde permaneció sentado sobre el dinero que ahora, una vez más, regresará… ¡Estamos viviendo el peor gobierno municipal en la historia de la capital del estado! Y mire que hemos tenido varios muy malos.