Rufino Tamayo y su legado en el arte contemporáneo de México

El 31 de mayo marca una fecha clave en la historia del arte contemporáneo mexicano. Hace 44 años, en 1981, el maestro Rufino Tamayo inauguró el Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo en el Bosque de Chapultepec, un espacio que no solo conectó a México con las vanguardias artísticas del mundo, sino que dejó un invaluable legado al donar más de 1,300 obras junto con Olga Flores. Diseñado por los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León, este museo se convirtió en un referente del brutalismo arquitectónico y un punto de encuentro cultural nacional e internacional.

Diez años después, el 24 de mayo de 1991, Tamayo viajó a Xalapa para inaugurar la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa (entonces “Galería del Estado”), donde develó su emblemática obra Perro aullando a la luna (1942). Con 92 años, esta fue una de sus últimas apariciones públicas antes de fallecer un mes después. Su presencia en Xalapa consolidó a la ciudad como un polo artístico del sureste mexicano, reforzando la descentralización del arte contemporáneo en el país.

Ambas fechas representan una visión coherente y expansiva: llevar el arte a distintas regiones y fomentar el diálogo entre lo local y lo global. Estos actos de Tamayo no solo democratizaron el acceso al arte, sino que motivaron la formación de nuevas generaciones de artistas y audiencias críticas, especialmente en zonas fuera de la capital.

Hoy, la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa recuerda y celebra estos hitos, reafirmando la importancia de descentralizar la cultura en México y honrando el compromiso de Rufino Tamayo con su país.