Llega la temporada de lluvias y con ella recordamos un clima cada vez menos común, el perteneciente al bosque mesófilo de montaña, es uno de los tipos de vegetación más diversos en nuestro país y en el mundo. Presenta varios estratos arbóreos. En 1970 se calculaba que ocupaba aproximadamente en 1% del territorio nacional; actualmente, se calcula que sólo queda el 10% de esa cantidad. El bosque mesófilo de montaña, prospera en altitudes variables que van desde los 400 m s n m hasta los 2500, la precipitación oscila entre los 1000 y 3000 mm y la temperatura media anual varía de 12 a 23°C. Se distribuye en los Estados de Tamaulipas, San Luís Potosí, Veracruz, Hidalgo, Puebla, Oaxaca, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y Valle de México.

Este particular bosque afortunadamente está presente en el bello estado de Veracruz en la zona montañosa, justamente ahí donde la humedad del mar topa con la vegetación y se condensa en neblina. Estos ecosistemas, además de su belleza, son refugio de muchas especies vegetales, estimándose que la biodiversidad contenida en ellos puede ser incluso mayor a la que hallamos en las selvas tropicales y ser el mayor poseedor de especies florales.

Los bosques mesófilos de montaña se encuentran al norte del estado en la región de Huayacocotla, en la sierra de Chiconquiaco, en Xalapa, Coatepec y Huatusco, en el centro de Veracruz y en la zona de Los Tuxtlas, y algunos puntos al sur de la entidad.

Más allá de la belleza que produce la sensación de vivir entre nubes, se debe tener un particular cuidado en conservarlo y respetarlo para no perder una parte de lo que somos.