Mi Humilde opinión | El Tlacuilo.- El pasado fin de semana en Xalapa, la noche del domingo, un solitario grupo de mujeres pertenecientes a la colectiva “Unidas” inauguró la primera etapa de un mural titulado Xalapeñas Históricas, en el que se representan a mujeres que han luchado por los derechos feministas.

Aunque el proyecto busca visibilizar las luchas de las mujeres, en varios aspectos refleja contradicciones. Un ejemplo es que la inclusión de mujeres afrodescendientes fue aplazada para una segunda etapa, decisión que ha sido interpretada por algunas voces como un gesto discriminatorio bajo la idea de “primero las güeritas”.

Otro punto cuestionable es el hecho de que el mural se pintó sobre las pintas y consignas realizadas por mujeres durante diversas marchas, acciones que les implicaron esfuerzo, valentía y dolor, y que fueron borradas previamente por el Ayuntamiento con pintura blanca. Lo más preocupante, señalan algunas activistas, sería si el propio colectivo solicitó cubrirlas para dar paso a su obra.

Aunque las autoras del mural afirmaron que las manifestantes podrán volver a colocar sus pintas sobre la obra, el gesto inicial careció de respeto hacia las expresiones legítimas de otras mujeres que utilizaron ese espacio para denunciar la violencia y el sistema patriarcal.

Ambas expresiones —las pintas y el mural— pudieron coexistir si el diseño hubiera comenzado a partir de dos metros de altura, respetando los mensajes ya existentes. Sin embargo, la estrategia adoptada parece alinearse con el interés del gobierno municipal por borrar las denuncias y suavizar su impacto visual.

El colectivo, quizá con ingenuidad, terminó colaborando con las autoridades que encubrieron con romanticismo un acto que, en esencia, podría interpretarse como una forma de represión.

Pero bueno, esa solamente es mi humilde opinión.