Redacción. - “Hola, hemos visto tu currículum”. Así comienza la llamada que cientos de personas en México han recibido en las últimas semanas desde números internacionales, principalmente de Estados Unidos o Canadá. Lo que parece una oportunidad laboral se convierte en la antesala de una estafa: la llamada “estafa del currículum”.

La mecánica es sencilla, pero efectiva. El gancho se apoya en un dato que resulta verosímil: el hecho de que miles de usuarios tienen su currículum publicado en portales de empleo, bolsas de trabajo o redes profesionales. Los estafadores aprovechan esa exposición para darle credibilidad al engaño.

Primero llega la llamada. Luego, la víctima es invitada a continuar la conversación por WhatsApp o Telegram. Allí se presenta la supuesta “oferta laboral”: trabajos de horario flexible, pagos atractivos y tareas sencillas como valorar productos o dar clics en páginas web. Incluso, en algunos casos, entregan pequeños pagos iniciales para generar confianza.

El paso siguiente revela la trampa. Para “avanzar” en el empleo o liberar comisiones, se exige a la víctima una inversión inicial: pagos para activar cuentas, tomar cursos o certificar perfiles. Cuando el dinero se entrega, los supuestos reclutadores desaparecen. En otras ocasiones, se solicita información bancaria, copias de documentos oficiales o credenciales, lo que abre la puerta al robo de identidad y a otros fraudes.

La Policía Cibernética en varios estados ha recibido reportes de este esquema. Especialistas en seguridad digital advierten que el modus operandi mezcla dos elementos: ingeniería social —apelar a la necesidad de empleo y la confianza en plataformas conocidas— y fraude financiero clásico, con pérdidas que van desde cientos hasta miles de pesos por víctima.

El riesgo no se limita al dinero. El acceso a datos sensibles amplía la vulnerabilidad de quienes caen en la trampa, pues la información puede circular en redes de ciberdelincuentes para posteriores extorsiones o suplantaciones.

La recomendación de las autoridades es clara:

Desconfiar de llamadas inesperadas que ofrezcan empleos demasiado buenos para ser verdad.

Nunca pagar por adelantado cursos, inscripciones o activaciones como condición de contratación.

Verificar la existencia real de la empresa que ofrece el puesto.

Evitar compartir datos personales con desconocidos.

Y desde redacción aconsejamos: colgar inmediatamente y bloquear el número.

La “estafa del currículum” es un reflejo de la época: miles de personas buscando empleo, plataformas digitales que centralizan información personal y grupos de delincuentes que saben explotarlo. En un país donde el desempleo y la informalidad afectan a millones, el fraude se disfraza de oportunidad laboral.

Hoy, más que nunca, la prevención es el mejor blindaje y la mejor es no escucharlos.