Redacción. - Es alentador que el primer compromiso cumplido por parte de la Gobernadora Rocío Nahle valide su compromiso de estar del lado de los ciudadanos veracruzanos, y más aún de los que menos tienen.
La Clausura de la casera del puente de Coatzacoalcos, concesionada desde el 27 de agosto de 2004 fue un acto de justicia, plausible. Después de 20 años de cobro hoy se abre al libre tránsito.

Ojalá que la siguiente caseta clausurada sea la de la Antigua (Cardel-Veracruz), a la que Yunes viejo les renovó el permiso de cobro por treinta años más.

Casualmente los cobros desmesurados de esa caseta tienen la misma antigüedad de los del puente de Coatza´; pues fue concesionada el 27 de agosto del 2004.

La caseta presenta varios "inconvenientes", el primero es que debieron entregarla al libre tránsito en el año 2017, pero se "apalabraron" con el mini gobernador Yunes Linares para seguir lucrando con ese tramo carretero.

La segunda son sus constantes alzas a las tarifas; y cuando decimos que son constantes lo son.
En tercera su falta de malla, reflejantes y rayas en varios tramos carreteros, además del mal estado de la cinta asfáltica. Lleva años así.

La cuarta -y es el colmo- es que no saben hacer el cobro de manera rápida, y en temporada vacacional o de festividades, el viajero pierde entre 20 a 45 minutos haciendo fila; y en ocasiones más tiempo.

Esa caseta es un desastre; es “un asalto” y una injusticia contra el viajante; ojalá ese armatoste sea la próxima caseta que deje operar; porque suponemos que, si se documenta bien el incumplimiento por parte de la empresa en los puntos referidos, se les puede tumbar la concesión sin necesidad de pagar la millonada que dijeron que hay que pagarles a los “empresaurios”.