NOS SALIERON SENSIBLES LOS DIPUTADOS… Mi humilde opinión (El Tlacuilo)
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¡Perdón rosa te pisé!

El Tlacuilo
OPINIÓN | Revista el Tlacuilo / 2024-11-22

22 de noviembre, 2024 | Mi humilde opinión (El Tlacuilo).- Imagínese usted, si algunos diputados por los que votamos no nos representan; y menos aún nos representan ciertos plurinominales que llegaron indirectamente gracias al voto popular; pero que nos damos cuenta que en sus intervenciones defienden a su partido, o a su persona, o luchan porque les otorguen mayores recursos económicos durante su trienio; o se apasionan para continuar pegados de la ubre por los siglos de los siglos, en ese cargo o en algún otro.

Algunos representan eso, sus intereses políticos y personales y no al propósito para el que fueron electos; pero de ninguna manera son la extensión del pueblo, de los que estamos afuera del Congreso y detrás de la barda reforzada con malla “Concertina con navajas” de seguridad; ese tipo de diputados, simplemente no nos representan.

Menos aún nos va a representar un chamaco atolondrado que se metió a escandalizar al edificio de Encanto, y jaloneó a una reportera; si los diputados mencionados no nos representan, mucho menos nos representa este muchacho al que acusaron de ir borracho o algo más a la comparecencia de Seguridad Pública. “Que nos disculpen pero que nos perdonen”, pero los ciudadanos veracruzanos somos íntegros, no somos como ese mozalbete como para que después de que “un loco se alocó”, ahora resulte que los ciudadanos somos el enemigo público número uno del Congreso; y esté solicitando que solamente se pueda ingresar con invitación personalizada… ¡Háganme el refabrón cavor!

Se supone entonces que los dueños del Edificio del Congreso, que son los veracruzanos de a pie, y que en teoría están representados por sus diputados, ahora son el enemigo público número uno. Eso sí, a cada rato en el discurso de los diputados está que el Congreso “es la casa del pueblo”.
Entonces ¿hay que proteger a los diputados de los ciudadanos?… que delicaditos nos están saliendo “¡Perdón rosa, te pisé!”

Sugerimos entonces que hagan también una ley para que les desocupen los restaurantes y les despejen las calles a su paso, no vaya a ser que cualquier ser inferior a ellos les lance una “picardía” ¡Mesura señores (as), el Olimpo está en Grecia!