(Redacción).- La anécdota que les narraremos nos ilustra perfectamente por qué a esta generación se le llama “de cristal”; porque evidencia la hipersensibilidad social sacando de contexto una expresión de broma, o como en este caso, válida en una contienda deportiva, no ética, solamente válida como estrategia.

En todos los deportes una de las estrategias es desconcentrar al rival, incluso desde antes del enfrentamiento se empieza a calentar el ambiente con expresiones que “calienten” al rival.

En pleno encuentro, el jugador italiano Marco Curto, quien actualmente juega cedido en el Cesena de Italia, utilizó un símil que escandalizó a los más sensibles usuarios de las redes sociales:

“Déjalo, se cree Jackie Chan”, refiriéndose al jugador coreano Hwan Hee; fue el comentario que desató una acalorada discusión entre jugadores de ambos equipos, lo que incluso provocó la expulsión de Daniel Pondance,
quien salió en defensa de Hwan Hee. Pero el mayor calor se dio en redes, la indignación pública llevó a la FIFA a sancionar.

Tras una investigación el italiano fue declarado culpable de conducta discriminatoria, la FIFA decidió sancionar a Marco Curto con diez partidos de suspensión, aunque cinco de ellos quedaron en suspenso bajo un periodo de prueba de dos años. Además, como parte del castigo, Curto deberá realizar trabajos comunitarios y recibir formación en conducta antidiscriminatoria en una organización designada por la FIFA; lo más curioso es que el incidente se dio durante un partido “amistoso” en Marbella.

Se nota que quienes sancionan no han estado en una cancha, porque lo que se dice entre jugadores de cualquier deporte puede calificarse de homofóbico, misógino, racista y hasta de crueldad psicológica; además Jackie Chan es chévere.