(Redacción).- La narrativa que surge tras el atentado contra Donald Trump se ajusta a la lógica; asistentes al mitin político narran que advirtieron a policías sobre un supuesto francotirador en un edificio cercano al evento; sin embargo, nadie hizo caso. Tan lo vieron que existen fotos de él, antes del disparo. Tendido boca abajo, con el fusil AR-15 semiautomático, el joven de 20 años Matthew Crooks (terador solitario según las autoridades) tuvo tiempo de apuntar antes de apretar el gatillo, por lo que solamente erró a causa de su impericia.

Algo que sorprendió en el momento del atentado contra Donald Trump en el evento de Butler, Pensilvania, fue la rápida respuesta del francotirador a quien le habrían bastado solamente unos segundos para localizar al agresor, apuntar y dar un disparo certero de muerte; ahora surge una versión lógica en redes sociales, que el francotirador del Servicio Secreto que acabó con la vida del autor del ataque ya lo tenía visto desde antes del atentado, pero no se anticipó para evitar lo sucedido.

El atentado es extraño, muestra cabos sueltos y hasta acciones fuera de lógica de Trump y de los escoltas, que le permiten al custodiado sacar la cabeza mientras es retirado, y asomarse desde arriba de la camioneta; reacciones poco lógicas de alguien que tiene su vida en peligro.

Eso sí, el atentado le ganará una gran cantidad de votos a favor a Donald Trump, un experto en mercadotecnia y en estrategias políticas.