29 de enero, 2024 (Revista el Tlacuilo). - Al alcalde de Banderilla le queda chico el mar para echarse un buche; también le quedó chica su oficina de Palacio, por lo que decidió construirse un espacio más fifí y machuchón ahí mismo, aunque inexplicablemente la obra está detenida desde hace meses, no nos extrañaría que el dinero presupuestado para la obra ya lo haya echado a la “licuadora”.
Pero lo que antes eran oficinas administrativas, espacio de juegos para niños y patio, ahora es un montón de ladrillos apilados sin terminar.

No es de sorprendernos que David Sangabriel Bonilla no pueda ni con la obra de su Palacio Municipal, porque durante sus dos años de administración la obra pública en ese municipio ha sido nula; su gobierno se ha caracterizado por las fiestecitas, eventos, y prestar los espacios del Ayuntamiento para quedar bien con personajes claves de la administración estatal; pero de obras en favor de la ciudadanía nada; ni siquiera ha metido las manos para tratar de solucionar el grave problema de falta de agua que flagela a esa población cada temporada de estiaje, aunque ese servicio sea un derecho humano… ¡luego porque lo agarran a huevazos sus gobernados!

La pregunta es “si no se está gastando el dinero en obra pública ¿a dónde se está yendo el presupuesto de Banderilla?”, nadie sabe nadie supo.