Marcelo Ebrard anda como la Chimoltrufia, cómo dice una cosa dice otra, primero afirmó que como fuera, hasta de independiente, pero que él estaría en la boleta del 2024; lego que tenía puerta abierta con MC, pero lo batearon; después volvió a la tesis de independiente; luego que iba a conformar su propio Movimiento. Ahora quiere negociar con Morena; ni el mismo se entiende.

Lo que sí es claro que, si pensaba poner a temblar a AMLO y a Sheinbaum con su amenaza de abandonar a Morena, no le está resultando como imaginaba.

Mientras en el carril principal, AMLO definió a los perdedores como “sus hermanos” y dio a conocer que se reunirá con ellos, los calificó como “gentes muy responsables” que luchan por ideales y no por el poder mismo.
Veremos si Marcelo es capaz de rechazar la invitación de López Obrador para el dialogo, y lo que es más coyuntural, en qué tiempo se da la convocatoria que aplacará las aguas.

Quizás un chiquipartido es el destino del carnal Marcelo, aún está en tiempo de decidir, pero si desgasta mucho los tiempos, otros decidirán por él.