Hay un factor común en algunos de los recientes casos “virales” de delitos, son los videos tomados a través de cámaras de vigilancia particulares y públicas, acompañadas por la indignación popular; mencionamos algunos de ellos: El del asesinato en el restaurante la Polar en donde, se observa en un video al jefe de Seguridad azotar el cuerpo de un cliente al que le quitó la vida y sacó por la “trastienda”; el hombre que lanzó a un perro a un caso de aceite hirviendo; la niña de secundaria que asesinó a su compañera durante una pelea; los padres de familia que golpearon y encañonaron a la maestra de kínder; el del sujeto que golpeó al adolescente, empleado de un local de comida rápida y ahora el del miserable que apuñaló a una mujer en la calle; todos ellos con un registro en video.

Es evidente que la tecnología es el camino para reducir la delincuencia, y que, así como regalaron pantallas chafas con Peña Nieto, debería de haber campañas serias para multiplicar las cámaras de vigilancia en las calles, desde los hogares; sale más barato, mucho más, que seguir incrementando los cuerpos policiacos y comprar armamento.

Por cierto, que, si deciden dotar de cámaras de vigilancia a los ciudadanos, que no sean tan selectivas como las de ahora, que solamente graban a los delincuentes menores, pero a los del crimen organizado no.