7 de julio, 2023. Redacción. - Los panistas veracruzanos, entonces comandados por Pipo Vásquez Cuevas, estaban sumados con Santiago Creel para que fuera el candidato que los abanderara en aquellas históricas elecciones del 2006 en donde el PAN se conservó un sexenio más en “Los Pinos”, después de Fox y continuando con Felipe Calderón.
Calderón que fue el agraciado de aquella contienda; Felipillo supo bien en que esa precampaña no fue el candidato de los blanquizules veracruzanos, y siendo el chaparrín tan rencoroso y vengativo, se las cobró libra por libra a los azulosos veracruzanos.

Los veracruzanos habían elaborado camisetas con la “S” de Superman con el nombre de Santiago y existía gran algarabía porque visitaría como precandidato Veracruz; entonces decidieron que pernoctaría en Coatepec, pero no en un hotel de lujo sino en la humilde vivienda de unos humildes militantes del PAN, era una muestra de austeridad republicana.
La casa que se eligió fue la de la familia de una maestra de preescolar venida a diputada local en ese momento, Silvia Monge; aquella noche del recibimiento se mostró la habitación que lo albergaría, un cuarto modesto pero bonito, con una impecable y limpísima ropa de cama; todos sus seguidores andaban locos de contentos y presumiendo que él no era como los otros que despilfarraban dinero público en hoteles caros.

Quien escribe notó que el precandidato era acompañado por un séquito de unos ocho ayudantes; me acerqué para hacer pregunta simplona, pero con jiribilla: “¿Ustedes también se van a quedar aquí?”, pregunté al grupito de “estorbantes”, que mostraron ser bastante ingenuos en su respuesta: “¡No! Nosotros nos vamos a quedar en un hotel aquí cerca, se llama Posada Coatepec, creo”; cabe el apunte que se trata del hotel más caro del lugar.

Así la simulación política en todos los tiempos, no me lo contaron, lo vi con mis propios “oclayos.”

Creel la intentaría nuevamente en el 2011 siendo derrotado por doña Chepina Vásquez Mota; después de su 6% de votos de aquella ocasión, Creel dejó pasar una y ahora la intenta de nuevo; ya solamente nos falta saber en esta ocasión por quién será derrotado.